México vive momentos complicados en cuanto a violencia. Las ejecuciones, secuestros y sobre todo feminicidios están a la orden del día; sin embargo, entre las autoridades y políticos es más importante en la agenda el abordar temas electorales.
El problema mayor viene cuando este tipo de tragedias son politizadas y usadas como bandera por personajes que buscan fervientemente posicionarse para un cargo de elección popular, como es el caso de muchos políticos de la llamada “Cuarta Transformación”.
Esta corriente encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha especializado en politizar temas sensibles de una manera que ha provocado molestia entre la sociedad mexicana, que espera acciones para combatir el crimen en lugar de discursos político-electorales.
La tragedia que significa el feminicidio de Ariadna Fernanda es el escenario perfecto para que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, busque sacar algún tipo de ventaja política con este asunto.
Tras conocerse la manera en la que pudo ser asesinada Ariadna, Sheinbaum no ha perdido oportunidad para darse a notar e incluso ha comenzado una campaña en contra del fiscal de Morelos, a fin de poder colocarse como una gobernante que busca resolver temas fuertes como el feminicidio.
Pero esto ya se convirtió en una especie de lucha política donde la familia de Ariadna no encuentra ni respuestas ni soluciones a la tragedia que viven en estos momentos, pues las investigaciones siguen atascadas y todavía hay diversos cabos sueltos.
Llama la atención la actitud de Sheinbaum, pues en otros asuntos similares la jefa de Gobierno ha mantenido una postura discreta. Basta recordar tragedias como la de la línea 12 del metro, cuando guardó un silencio que indignó a la sociedad de la CDMX.
Desafortunadamente, esta tendencia se mantendrá e incluso aumentará de cara a 2024, pues diversos políticos de la 4T seguramente tomarán otras banderas políticas de tragedias para darse a notar y ganar “simpatías”.
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