¿Soy sólo yo o esta temporada es atípicamente calurosa? Parece chiste, pero hoy es anécdota, el cambio climático nos está quitando hasta el fresco de otoño.
¿A qué viene esto? Hace un par de días comenzó la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), en donde como su nombre lo indica, líderes mundiales, expertos sobre el tema y líderes de sector, se reúnen para discutir los avances o retrocesos que el mundo ha atravesado el frente a cambio climático.
Aunque mucha bibliografía y comentarios acerca del desbarajuste ambiental en el mundo plantean que el cambio climático ciertamente representa una amenaza para el mundo, lo cierto es que hoy estamos frente un escenario que aún nos ofrece oportunidades para dar marcha atrás a las consecuencias de la emergencia climática, sin embargo, algo es claro: ¡Hay que actuar ya!
Dependiendo del área a la que volteemos a ver, las afectaciones son distintas, mientras que en algunos territorios en el mundo se están ahogando por el exceso de lluvias, en otras latitudes se ahogan por falta del vital líquido, cuestión que con el tiempo no ha hecho más que arreciar y por tanto afectar en la calidad de vida de quienes padecen estos desequilibrios ambientales.
El problema del ambiente es generalizado, este año las olas de calor en Asia Meridional cobraron cientos de vidas y además este territorio registró las temperaturas más altas desde que se tiene registro ¡Hace 120 años! Por otro lado, en Europa, territorio que normalmente “nunca sufre”, pasaron el verano más caluroso en ¡500 años!, lo que evidentemente provocó incendios, sequías y por tanto el cobro de vidas humanas.
Pero el calor no fue todo, en agosto Pakistán vivió con un tercio de su territorio bajo el agua debido a las lluvias que golpearon al país, las cuales tuvieron consecuencias devastadoras para su población y su economía. Asimismo, el huracán Ian en Estados Unidos y el Caribe azotó y devastó.
Estamos al borde del precipicio ya que, de acuerdo con la estimación realizada por el Banco Mundial, a través del estudio “Shock Waves: Managing the Impacts of Climate Change on Poverty” el cambio climático por sí mismo podría empujar hasta 100 millones de personas en el mundo a la pobreza en los próximos 10 años.
Hoy en la COP27 los líderes mundiales no tienen tiempo que perder, se acaban las oportunidades que nos quedan y la humanidad está en riesgo, poniendo en peligro nuestros entornos naturales, nuestra seguridad y por tanto la vida, sin dejar de lado la infraestructura y la economía.
Aunque el Acuerdo de París (alianza mundial que plantea frenar el cambio climático) parezca muy lejos, hoy debemos de poner en perspectiva la relación que tenemos con el medioambiente, desde nuestros consumos, hasta nuestras rutinas.
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