De acuerdo con un estudio dado a conocer por Oxfam, las inversiones de tan sólo 125 multimillonarios emiten 393 millones de toneladas de dióxido de carbono al año. La cifra equivale a la huella de carbono de Francia, Egipto o Argentina.
¿A qué se debe esto? Oxfam señala que las inversiones de los magnates en industrias contaminantes, por ejemplo los combustibles fósiles y el cemento, duplican el promedio del grupo de 500 empresas del índice Standard & Poor's.
Dichas inversiones, apunta el estudio, resultan en un promedio anual de tres millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente por persona, lo que significa un millón de veces más del dióxido de carbono emitido por una persona promedio.
"La cifra real podría ser incluso mayor debido a que los datos que las grandes empresas publican sobre sus emisiones de carbono subestiman sistemáticamente el verdadero nivel de su huella de carbono", indicó Oxfam.
De acuerdo con Nafkote Dabi, líder de Cambio Climático de Oxfam, los inversionistas multimillonarios tienen "una gran responsabilidad" en la conducción del colapso climático.
Además de sus inversiones empresariales, el estilo de vida de los multimillonarios es también altamente contaminante, agregó.
"[Las emisiones de] sus jets privados y yates son miles de veces más altas que las de una persona promedio, lo que ya es completamente inaceptable", destaca la organización internacional.
El estudio también reveló que los multimillonarios tenían un promedio del 14 % de sus inversiones en industrias contaminantes como las energéticas o en materiales como el cemento.
En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), Oxfam hizo un llamado para que los Gobiernos hagan políticas públicas que obliguen a las empresas a controlar e informar sobre las emisiones de gases de efecto invernadero de alcance 1, 2 y 3 y establecer objetivos climáticos basados en la ciencia.
Además, la organización señaló que se deben imponer gravámenes a los más ricos y aplicar una marcada subida de impuestos en las inversiones en industrias contaminantes. Esto reduciría las cifras y el poder de las personas más ricas en nuestra sociedad y supondría una drástica reducción de sus emisiones.
La COP27 se inauguró el 6 de noviembre en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, con la participación de más de 44.000 personas, y el ministro de Asuntos Exteriores del país sede, Sameh Shoukry, fue elegido para presidir las labores del foro, que terminarán el 18 de noviembre.