Puebla es una ciudad que industrialmente se forjó a través del sector textil, aprovechando los importantes causes que atraviesan la entidad como lo es el río Atoyac y el Alseseca, los cuales ahora están muy afectados por los altos niveles de contaminación.
Justamente fue la industria textil, que floreció gracias a los ríos, la responsable de la contaminación de los mismos, pues aunque hace muchos años dejaron de dar vida, los cuerpos de agua continúan siendo contaminados principalmente por las fábricas textiles.
Aunque son muchas las industrias localizadas en Puebla y Tlaxcala que por ahorrarse dinero no llevan a cabo los procesos adecuados de tratamiento de agua, es la industria textil la que más aporta a esta contaminación.
Los procesos químicos que utilizan para el tratamiento de algunas telas son considerados unos de los más agresivos para el medioambiente, ya sea por la enorme cantidad de agua que requieren, así como la imposibilidad de limpiar el líquido que se usa.
Lo malo no es solamente que el agua usada en algunos procesos textiles sea intratable, sino que algunas empresas vierten este líquido directamente en los cauces de los ríos, provocando múltiples afectaciones que incluso pueden ocasionar problemas de salud.
Procesos de coloración de telas, lavado, así como suavizado de algunas prendas, requieren decenas de miles de litros de agua, lo que se traduce en estimaciones mundiales de seis a 9,000 billones de litros de agua cada año que son usados por la industria textil para sus actividades.
Uno de los procesos conocidos que más agua requiere es el tratamiento de la mezclilla, una tela que se ha vuelto la protagonista de la mayoría de las tiendas cada temporada, pues desde hace varias décadas los pantalones de este material son los favoritos de muchas personas.
El color natural de la mezclilla sería invendible, por lo que hay varios procesos para teñirla o incluso, para darle ese aspecto deslavado, lo cual implica el uso de decenas de miles de litros de agua.
De ahí que por parte de algunas empresas se está tratando de migrar al uso de materiales biodegradables y procesos químicos alternos que permitan reducir considerablemente la cantidad de líquido para los procesos textiles.
En el caso de Puebla, una de las primeras etapas con las cuales está lidiando el gobierno es con la regularización de las descargas de empresas, empezando por las textiles, con la finalidad de regular el líquido que vierten en los ríos Atoyac y Alseseca.
Dejar de contaminar el agua es la primera parte para el rescate de estos importantes ríos que forman parte de la cuenca de Puebla y Tlaxcala, en un proceso de saneamiento que podría durar décadas pero que está lejos si no se empieza de una vez.