"El mundo enfrenta la primera crisis energética verdaderamente global": AIE

"El mundo enfrenta la primera crisis energética verdaderamente global": AIE

Foto: Unsplash

De acuerdo con Fatih Birol, jefe de la Agencia Internacional de Energía, el mundo aún necesita que el petróleo ruso siga fluyendo hacia el mercado para satisfacer las necesidades de demanda del combustible.

 

Durante la 15.ª Semana de la Energía de Singapur, Birol señaló que actualmente el mundo se enfrenta a una crisis energética "verdaderamente global" que ha sido causada por la contracción de los mercados de gas natural licuado, así como por la reducción en la oferta de petróleo.

 

Ante ello, el jefe de la AIE expresó su malestar respecto a la decisión que tomó la OPEP+ hace unas semanas de reducir hasta en dos millones de barriles diarios su producción. La decisión, dijo, es "arriesgada" y "desafortunada".

 

"Es riesgoso ya que varias economías alrededor del mundo están al borde de una recesión [...] Encontré esta decisión realmente desafortunada", sentenció.

 

Debido a que se prevé que el consumo de petróleo crezca en 1,7 millones de barriles diarios para 2023, el mundo seguirá necesitando del combustible ruso para satisfacer la demanda.

 

"El mundo todavía necesita que el petróleo ruso fluya hacia el mercado por ahora. Un 80%-90% es un nivel bueno y alentador para satisfacer la demanda", señaló.

 

De acuerdo con Birol, Europa podría tener un invierno relativamente tranquilo si el clima se comporta templado como hasta ahora; sin embargo, si este panorama cambia el continente "atravesaría este invierno con algunas contusiones económicas y sociales".

 

Las sanciones de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos en contra de Rusia siguen generando estragos en las economías de la región. El ministro de Salud de Alemania, Karl Lauterbach, advirtió hace unos días que el sistema hospitalario podría verse afectado por el incremento de precios de los energéticos y por la inflación, que ha llegado a niveles históricos en el país germano.

 

Además, Europa occidental enfrenta también una ola de protestas en diferentes ciudades por el alto costo de vida y las políticas de Bruselas. Los manifestantes expresaron su descontento por la amenaza de la crisis energética y la inflación.

 

En septiembre pasado, la prensa alemana reveló que, en algunas zonas del país, como en las afueras de Berlín, un consumidor debe pagar entre 700 y 1.515 euros al mes por su servicio eléctrico cuando antes, pagaban 143 dólares.

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