En 2020, las autoridades de salud mexicanas minimizaron en un principio el en ese entonces desconocido COVID-19, virus que se propagó rápidamente en el mundo creando una pandemia que llevó a todo el planeta a un confinamiento total para contrarrestar los casos.
Este virus, que un principio fue mortal, no fue tan preocupante para el Gobierno de México, lo que permitió que nuestro país se convirtiera en una de las naciones con mayor cantidad de casos políticos de COVID-19 y uno de los que más muertes registraron por este virus.
En este 2022 un nuevo virus es motivo de preocupación mundial y, como se esperaba, es minimizado en México. La viruela del mono o viruela símica ya tiene presencia en prácticamente todos los estados del país y las autoridades federales no han puesto la atención que requiere.
México en estos momentos tiene más de 2,000 casos confirmados de viruela del mono, la mayor parte concentrados en la Ciudad de México con 1,491 casos. Puebla, por ejemplo, ya tiene 24 casos confirmados.
Aunque es cierto que la propagación de la viruela del mono es muy baja comparada a lo sucedido con el COVID-19, esta misma razón sería suficiente para pensar que la Federación se prepararía mejor para contener este virus.
Sin embargo, parece que no hay un plan de contención definido y todo se concentrará en buscar que este virus vaya disminuyendo por sí solo, sin hacer ningún tipo de estrategia que permita evitar un mayor número de contagios.
Así como sucedió con la pandemia de COVID-19, Chile le está poniendo un ejemplo contundente a México, pues esta nación ya ha comenzado con la vacunación contra la viruela del mono, a fin de proteger a su población como lo hizo cuando apareció el COVID-19.
En tanto, México se ve todavía un tanto rezagado en la contención de este virus y sobre todo en alguna vacunación, lo que se agrava debido a que muchos mexicanos aún no reciben la vacuna contra el COVID-19, virus que sigue muy presente en nuestro país.