Debido a las acciones poco leales del presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno Cárdenas, todo parece indicar que la alianza opositora que tenía el tricolor con el PAN y con el PRD quedará en el olvido, dejando a este partido en solitario para la contienda de 2024.
Esto no es una buena noticia para el priismo, pues el expartidazo está en vías de extinción y un desastre electoral como el que se augura para el PRI en 2024 dejaría a este instituto político herido de muerte y hasta sin registro, máxime por los perfiles poco competitivos que tiene.
El mayor error sería colocar a Alejandro Moreno como candidato a la presidencia; afortunadamente para los priistas, han surgido otros nombres que podrían encabezar la candidatura tricolor, que aunque no son personajes que podrían obtener el triunfo, sí harían más decorosa la participación del PRI en estas elecciones.
Y es que Beatriz Paredes Rangel ha alzado la mano para ser la candidata del PRI a la presidencia, perfil que no suena malo para el tricolor debido al conocimiento y respaldo que tiene esta priista en la militancia, lo que podría atraer nuevos votantes.
La experiencia y sobre todo el conocimiento público que se tiene de Paredes Rangel la ponen como un perfil medianamente competitivo, pero tiene como gran defecto ser cercana a Alejandro Moreno Cárdenas, lo que le restaría puntos interna y externamente.
Igual medianamente competitiva encontramos a Claudia Ruiz Massieu, que también ya expresó su interés de ser candidata a la presidencia por el PRI, mostrando un discurso aguerrido y de unidad que puede llevar de regreso al tricolor a los priistas que decidieron abandonar sus filas.
La actual senadora es de las priistas más críticas al gobierno lopezobradorista y de las que se ha mantenido en su postura de no votar a favor de iniciativas presidenciales como la militarización del país. Además, como punto positivo extra tiene que ha enfrentado y cuestionado cara a cara a Alejandro Moreno.
Pese a que son mejores perfiles, el PRI y los priistas no deben echar las campanas al vuelo, pues aunque tendrían una mejor participación con alguna de estas mujeres como candidatas, el triunfo sigue siendo un sueño guajiro para el expartidazo.