La violencia ácida es el término que se le ha dado a los ataques en contra de mujeres con sustancias químicas que buscan lacerar su imagen derivado de alguna venganza que, en la mayoría de los casos, proviene de alguna ex pareja sentimental.
Este tipo de agresiones han sido catalogadas como preocupantes por las organizaciones civiles, pero a la vez ignoradas por las autoridades, ya que hasta el momento no hay una tipificación específica para este tipo de hechos.
Los daños psicológicos y físicos que deja un ataque con ácido en la víctima, han llegado a ser considerados tan graves como los intentos de feminicidio, de ahí que surjan organizaciones como la fundación "Carmen Sánchez", interesadas en que la violencia ácida sea tipificada en los códigos penales de los estados.
Esta organización sostiene que este tipo de delitos deben entenderse como parte de la violencia machista en contra de las mujeres, debido a que se usan sustancias químicas letales que, combinadas con la falta de atención especializada, provocan daños irreversibles en las víctimas.
De acuerdo con la fundación "Carmen Sánchez", en Puebla se han registrado siete casos de violencia ácida durante el 2022, colocando a la entidad entre las tres con mayor número de casos, junto al Estado y la Ciudad de México.
Aunque la fundación no revela las identidades de las víctimas para no violar sus derechos, hay algunos casos que se han hecho públicos en Puebla y de los cuales no se tiene un registro de lo que pasó con las afectadas, en gran parte por la falta de tipificación de este delito.
De los casos que se han hecho públicos en este año, Imagen Poblana logró documentar algunos de ellos, mismos que fueron dados a conocer a través de redes sociales y que de no ser por esas plataformas habrían pasado inadvertidos.
Ataque afuera del SAT
El primer caso ocurrió el pasado 25 de mayo cuando una educadora fue atacada a las afueras del SAT en la zona de Angelópolis, siendo los responsables dos sujetos que viajaban a bordo de una bicicleta.
La víctima bajaba de su automóvil cuando los agresores le aventaron un líquido que le alcanzó a quemar el brazo, además sus lesiones fueron controladas rápidamente gracias a la intervención de su hija quien tiene conocimientos en fármacobiología.
En este caso la Secretaría de Seguridad Pública estatal ofreció acompañamiento a la víctima para proceder con una denuncia ante la Fiscalía General del Estado; sin embargo, el gobernador Miguel Barbosa Huerta reveló que la víctima se negó a continuar con el proceso legal.
Ataque en Galaxia la Laguna
Otro caso que fue documentado este año ocurrió el 2 de agosto pasado cuando una mujer que estaba vendiendo alimentos en la vía pública fue atacada en las inmediaciones del fraccionamiento Galaxia la Laguna.
La víctima ya había sido amenazada previamente, pero ese día al salir de su hogar para vender alimentos, dos sujetos a bordo de una motocicleta se acercaron y le rociaron un químico que posteriormente se supo era ácido.
La víctima tuvo quemaduras en los brazos piernas, pecho y cara, por lo que las autoridades también le brindaron el apoyo para continuar con el proceso legal, pero después de eso no se volvió a tener información sobre este caso.
Es ahí donde entra la necesidad de tipificar este delito como ya se hace con otros y facultar a las fiscalías de los estados a que se investigue de oficio, es decir, sin que la víctima tenga que presentar una denuncia y considerando la gravedad de las lesiones que puede sufrir.
Hay que señalar que en México hay casos emblemáticos de la violencia ácida que han hecho más visible esta problemática, aunque al igual que la mayoría, continúan impunes.
Un ejemplo de esto es el de la saxofonista María Elena Ríos, quien fue atacada con ácido en 2019, y que hasta el momento tiene a una persona detenida y vinculada a proceso por tentativa de feminicidio, no obstante, se trata del autor material más no intelectual de los hechos.
María Elena Ríos señala directamente al hijo del exdiputado del PRI, Juan Vera Carrizal, como el probable responsable del delito de tentativa de feminicidio como autor intelectual de los hechos, en los cuales le rociaron ácido en el rostro.
Cabe señalar que la violencia ácida no solamente busca tipificar este delito en los códigos penales, sino que también se establezca una regulación sobre el comercio de algunas sustancias químicas o ácidos, para facilitarle a las autoridades saber quiénes adquieren estos productos y con qué fines, pues actualmente no hay ninguna regulación para adquirirlos.