Los perros son seres sociables que al igual que nosotros experimentan diversas situaciones que los llevan a sentir varias emociones, debido a esto, muchos expertos se han cuestionado si estos animales tienen un proceso de duelo similar al de los humanos cuando sufren la pérdida de algún ser querido.
Al respecto, Katya Vázquez, sicóloga y etóloga clínica veterinaria de Natuka ha explicado que "los perros prefieren la compañía de su familia a la estabilidad de un lugar, pero, desafortunadamente, su inmensa capacidad para crear vínculos afectivos los lleva a una fidelidad, en ocasiones, patológica".
"Concretamente, el perro eligió al ser humano hace más de 15,000 años, creando una relación de conveniencia que se fue transformando en una relación afectiva y significativa", expresa la etóloga. "Estos lazos tan fuertes afectan mucho cuando uno de los miembros desaparece", agrega.
Puede tratarse de diversas situaciones, como un abandono, fallecimiento o separación por cualquier motivo, pero quedarse solo y sin familia de referencia es de las peores cosas que pueden sucederles a los canes.
"Cada perro gestionará de manera distinta este reto de la vida, unos caen en profunda tristeza, incluso dejan de comer; otros se enfadan llegando a mostrarse agresivos; en otros aumentará su inseguridad y desconfianza frente al mundo... En cualquier caso, la conducta se verá modificada", señala Vázquez.
Diversas investigaciones han determinado que los perros pueden sentir tristeza, aunque no de manera similar a la de los humanos, pues se trata de un proceso más corporal y bioquímico. "La tristeza trae de la mano apatía (falta de vitalidad y entusiasmo), anhedonia (incapacidad de sentir placer), reducción del movimiento, fatiga, pérdida de apetito, pérdida de interés por sus rutinas diarias, gemidos o aullidos, incluso alteración de la conducta de eliminación o estereotipias", indica la experta.
Por otro lado, se sabe que no todos los perros son igual de sensibles, ni todos los vínculos igual de fuertes, por lo que la gestión de la pérdida tendrá variaciones en función de cada ejemplar. Los síntomas de duelo canino más fáciles de identificar son los cambios en su conducta.
"Durante unas semanas o meses (más de tres meses ya estaría respondiendo a una gestión inadecuada) las conductas sociales, alimentarias, de descanso, juego y de eliminación se pueden ver modificadas", explica la etóloga. "Por ejemplo, perros que no quieren jugar con su juguete favorito o que dejan parte de la comida cuando no lo habían hecho nunca antes".
La experta recomienda que para ayudar a un animal que pasa por este proceso, se debe ser comprensivo, acompañarlos y ofrecer rutinas tranquilas, evitar exigirles mucho, ser especialmente cariñosos y pacientes, con el fin de que el perro pueda estabilizar sus emociones y sea capaz de crear nuevos lazos profundos con otros miembros de la casa.
En este sentido, la experta asegura que en las casas donde hay más de un animal, esa compañía "puede ser tremendamente valiosa cuando se muere uno de los miembros de la familia, pues al igual que nos pasa a nosotros, una estrecha y bonita relación con otro animal en casa puede ser un gran protector de un duelo patológico".
Finalmente, los perros que atraviesan un duelo deben volver a encontrar la estabilidad emocional. "Entender esto nos hace efectivamente responsables como humanos y podremos hacerles el camino más fácil", concluyó Vázquez.