La visión es reconocida como uno de los sentidos más importantes para el ser humano. De acuerdo con una investigación realizada por antropólogos del Instituto Max Planck, casi el 50% del cerebro está dedicado al procesamiento visual; sin embargo, a nivel mundial, más de un billón de personas vive con algún tipo de deficiencia visual que pudo haberse prevenido o sigue sin tratarse.
En México, las discapacidades visuales, definidas como la pérdida total de la capacidad para ver, así como debilidad visual en uno o ambos ojos, abarcan el 44% de los casos de discapacidad, aun cuando muchos de ellos son prevenibles. De hecho, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) cerca del 80% de los casos de ceguera son prevenibles y curables si se recibe el diagnóstico y tratamiento adecuados.
“Entre las enfermedades oftalmológicas que dependen de un diagnóstico y tratamiento oportuno, están las de la retina, la capa interna del globo ocular que transforma la luz en los impulsos nerviosos que viajan al cerebro por el nervio óptico”, explicó la Dra. Carla Pérez Montaño, presidenta de la Asociación Mexicana de Retina.
Dos de las principales enfermedades de la retina son la retinopatía diabética, un padecimiento que afecta aproximadamente a 2 millones de personas en México y la causa más frecuente de ceguera; y la degeneración macular asociada a la edad, responsable de 8.7% de los casos de ceguera a nivel mundial, además, de ser el trastorno más común en personas mayores de 50 años.
“Muchas de los padecimientos que afectan la retina, como la retinopatía diabética, no presentan síntomas en un principio debido a que la visión se compensa entre ambos ojos. Podemos presentar una enfermedad avanzada en un ojo y percatarnos de la pérdida visual hasta tener un daño significativo en el segundo ojo”, expresó la especialista, “por lo que es de suma importancia que los pacientes con diabetes mellitus acudan mínimo una vez al año a revisiones oftalmológicas para poder evitar o frenar la pérdida de la visión e inclusive una posible discapacidad visual”.
Las enfermedades de la retina pueden ser difíciles de tratar y diagnosticar debido a que se presentan de manera diferente en cada persona; sin embargo, existen diferentes pruebas diagnósticas para determinar si existe algún daño, como la biomicroscopia y oftalmoscopia indirecta de fondo de ojo, que, aunque suenan complejas, los médicos oftalmólogos las realizan fácilmente en cuestión de minutos; además, cada día se realiza investigación para el desarrollo de nuevas opciones terapéuticas, como la terapia genética.
“Presentar problemas de visión puede tener un impacto negativo tanto en quienes lo padecen, como en sus cuidadores, pues puede llegar a limitar la independencia e interacción social de las personas. Por esto, es importante prestar atención a cualquier cambio en la visión y buscar atención médica cuanto antes” concluyó la Dra. Pérez Montaño, oftalmóloga, especialista en retina y presidenta de la Asociación Mexicana de Retina.