Ya se sabe que los ojos de los perros perciben los colores de una manera diferente a los humanos, pero un nuevo estudio intentó descifrar el proceso visual que tiene lugar en la mente de los perros.
Para ello emplearon un equipo de resonancia magnética, en el que colocaron a dos perros que vieron varios videos. Esto ha sido posible gracias a las técnicas de entrenamiento desarrolladas por el psicólogo Gregory Berns que hace una década consiguió por primera vez realizar una resonancia magnética a un perro totalmente despierto y sin sujetarlo.
Los tres videos de 30 minutos, grabados específicamente para los perros experimentales, mostraban interacciones entre humanos y canes, así como otros animales y autos. Después, los científicos analizaron los datos recopilados utilizando el aprendizaje automático y descubrieron una fascinante diferencia entre la percepción canina y la humana: los perros prestan mucha más atención a las acciones que a quién o qué las realiza.
Los datos de video se segmentaron por marcas de tiempo para identificar clasificadores como objetos (como perros, humanos, vehículos u otros animales) o acciones (como olfatear, comer o jugar). Esta información, así como la actividad cerebral de los dos perros, se introdujo en una red neuronal llamada Ivis, diseñada para asignar la actividad cerebral a esos clasificadores.
Los perros son seres emocionales, no pueden separar el sentimiento de la experiencia y del comportamiento. Las emociones afectan directamente a los procesos mentales, como la motivación, la concentración, la comprensión y la percepción, esenciales en la educación de un animal. pic.twitter.com/mhJQnGd4tm
— Un Divan Para Perros y Gatos (@divanparaperros) October 6, 2021
Dos humanos también vieron los videos mientras se sometían a una resonancia magnética; esos datos también se entregaron a Ivis. La IA fue capaz de asignar los datos del cerebro humano a los clasificadores con una precisión del 99%, tanto para los clasificadores de objetos como de acciones. Con los perros, Ivis fue un poco menos precisa. No funcionó en absoluto para los clasificadores de objetos. Sin embargo, en el caso de las acciones, la IA relacionó la actividad visual con la cerebral con una precisión de entre el 75 y el 88%.
"Los humanos estamos muy orientados a los objetos. Hay 10 veces más sustantivos que verbos en la lengua inglesa porque tenemos una especial obsesión por nombrar objetos. Los perros parecen estar menos preocupados por quién o qué están viendo y más por la acción en sí", dice Berns.
“Los perros tienen diferencias significativas en su forma de percibir el mundo en comparación con los humanos. Solo distinguen tonos de lo que nosotros percibiríamos como partes azules y amarillas del espectro, pero tienen una mayor densidad de receptores de visión sensibles al movimiento”, agregó.
Esto podría deberse a que los perros necesitan ser más conscientes de las amenazas en su entorno que los humanos; o podría tener algo que ver con la dependencia de otros sentidos; o quizás ambas cosas. Los humanos están muy orientados a la visión, pero en el caso de los perros, su sentido del olfato es el más potente, con una proporción mucho mayor de su cerebro dedicada a procesar la información olfativa.
Aunque mapear la actividad cerebral en función de la información olfativa podría ser un experimento más complicado de diseñar, también podría ser esclarecedor. Al igual que la realización de investigaciones más detalladas sobre la percepción visual de los perros, y potencialmente de otros animales en el futuro.
Otro mito frecuente ! Los perros sólo ven en blanco y negro. Muy lejos de la realidad, aunque si, tienen una percepción diferente de los colores. #ElColegioAnimalero pic.twitter.com/EXFrLk5nIW
— Patas y Pies (@PatasyPies) March 29, 2022
Esto podría ser una pieza importante del rompecabezas de la cognición canina, ya que revela lo que el cerebro de un perro prioriza cuando se trata de la visión, informan los autores del estudio publicado en el Journal of Visualized Experiments.
"Espero que este trabajo ayude a allanar el camino para que otros investigadores apliquen estos métodos en perros, así como en otras especies, para que podamos obtener más datos y mayores conocimientos sobre el funcionamiento de las mentes de diferentes animales". Con ello, Berns destacó que el mero hecho de que fueran capaces de monitorizar la actividad del cerebro de un perro mientras ve un video y reconstruir hasta un cierto punto lo que está mirando es por sí un logro importante.