Este 15 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Democracia, fecha instaurada desde el año 2008 y que se presenta como un recordatorio a todos los estados del mundo para construir democracias fuertes y con respeto a los derechos humanos.
Sin embargo, la democracia es un anhelo alcanzado a medias en el mundo, pues en la actualidad aún hay naciones donde este derecho legítimo de los ciudadanos queda de lado por los intereses de unos cuantos, que manejan las naciones a su antojo en una democracia simulada.
Incluso, hay todavía países donde la voz de la sociedad no es escuchada y se sigue centrando el poder en una sola persona, provocando una desigualdad casi absoluta y un nulo respeto por los derechos humanos.
El trabajo principal de las naciones que se dicen democráticas es construir sociedades civiles participativas, incluyentes y libres que trabajen conjuntamente con los entes gubernamentales con objetivos comunes de bienestar y un futuro mejor.
No obstante, este objetivo se ha quedado muchas veces de lado debido a que la democracia participativa no es de interés ni de los gobernantes ni de los ciudadanos, situación que empeoró debido a la pandemia de COVID-19, donde el generar sociedades demócratas quedó muy de lado
Uno de los grandes retos actuales es regresar a los ciudadanos ese interés de participar en temas que fortalezcan la democracia, que van desde un interés mayor en procesos electorales y en consultas donde se deje en claro el interés común de los ciudadanos.
De esta manera, también es deber de los gobernantes generar, muy a su pesar, ciudadanos con el interés de ser parte fundamental de una democracia participativa, pues en innumerables ocasiones este desinterés es provocado por los mismos líderes de las naciones.
Un fortalecimiento de las democracias también da pie a luchar contra las desigualdades económicas y políticas, además de incluir a los grupos excluidos con respuestas a sus exigencias de justicia social.
Debemos recordar que la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha enfocado muchos de sus esfuerzos y llamados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la que se aborda la democracia y reconoce los vínculos indivisibles entre las sociedades pacíficas y las instituciones eficaces, responsables e inclusivas.
