El titular del Ejecutivo federal detallará en el Zócalo los ejes y alcances de la propuesta del Estado mexicano a la Organización de las Naciones Unidas para trabajar por una moratoria belicista en el orbe, en particular en la guerra entre Rusia y Ucrania. El presidente lo enuncia en sus propios términos:
“Voy a hablar sobre la paz en el mundo y la postura de México sobre la guerra Ucrania y Rusia, voy a presentar una propuesta a Naciones Unidas para conseguir la paz, parecida a la que planteé, que haya un comité de mediación integrado por el primer ministro (Narendra) Modi, el papa Francisco, el secretario general de la ONU, (António) Guterres; para que de inmediato se inicien conversaciones con el presidente de Ucrania. Eso que voy a exponer el 16, lo va a presentar formalmente en la Asamblea General el secretario de Relaciones Exteriores”.
A todas luces estamos ante una iniciativa dialoguista y pacificadora de primer orden, con independencia de los resultados, misma que se presentó parcialmente y conforme avanza el tiempo adquiere nuevas características, no sólo impulsar el dialogo y la negociación entre los dos Estados beligerantes para que suspendan los enfrentamientos bélicos durante un lustro “por lo menos”, ahora se esbozan ideas para que se congelen las pruebas nucleares y con misiles de todo tipo.
Procedimiento de formulación y de darla a conocer en las mañaneras a pedacitos, de lo que será una propuesta a la plenaria de la ONU y por ello no queda claro si eso le quita o le otorga mayor interés. Además de que las decisiones votadas en la Asamblea General no tienen carácter vinculatorio sino un valor político y ético importantes.
Mas no pareciera el momento oportuno para formular críticas a la ONU porque la Alta Comisionada interina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Nada Al-Nashif, expresó preocupación por la decisión del Congreso de “ceder el control” de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional. La interina y otros funcionarios están en su papel de acuerdo al espíritu y la letra del derecho humanitario.
Otra cosa muy distinta es si las oposiciones mediática, empresarial y partidista capitalizan para propósitos políticos internos los pronunciamientos de instituciones globales y regionales.
Menos pertinente pareciera formular críticas sin cuidar tonos y términos cuando se está en la coyuntura previa a la presentación de una iniciativa global que involucra al secretario general de la ONU, al ingeniero físico y profesor Guterres.
Con rudeza dijo el presidente Andrés Manuel sobre la ONU: “Se tienen que reformar, nos cuestan mucho y no dan resultados, actúan de manera tendenciosa, ganan en dólares y ni se despeinan, no trabajan y hay que estarles pagando, son así como intocables, se sienten como miembros del gobierno del mundo, entonces ya basta de eso”. Además de que puso en el mismo saco a la impresentable Organización de los Estados Americanos y, el día 11, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de la cual solicitó servicios el 15 de marzo de 2017.
Por supuesto que tiene razón López Obrador cuando pregunta: “¿Qué han hecho en la ONU por lo de Assange? ¿Qué no es un preso de conciencia? ¿Qué no está preso por ejercer la libertad de expresión?” Cierto, Julian “es el preso de los derechos a la libertad de expresión en el mundo”.
Existe tiempo y lugar para todo, sin necesidad de tonos descuidados que pueden obstruir y hasta bloquear una plausible propuesta pacificadora en Rusia, Ucrania y la aldea.
Acuse de recibo
De acuerdo con información proporcionada por AMLO, 120 millones de dólares pagó el gobierno de Felipe Calderón por un terreno ubicado en playa Espíritu, a 100 kilómetros de Mazatlán, Sinaloa, propiedad de los herederos de Antonio Toledo Corro, exsecretario de la Reforma Agraria y exgobernador de Sinaloa, afamado por corrupto y sus vínculos con estructuras criminales. El difunto fue tan generoso con sus novias que les regalaba casas en zonas residenciales como Coyoacán... El próximo jueves la Lotería Nacional realiza el magno sorteo de 240 millones de pesos y ocho lotes de playa Espíritu, recursos que se destinarán a la construcción de la presa Santa María, en Sinaloa… Opinión de Manú Dornbierer: “Militarizar no. Lo que hoy hacen los militares –y bien– es trabajar para el país, para todo el pueblo, para mí y para ti. No como antes cuando trabajaban para funcionarios. Hay que recordar la agresión que ordenó Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría para frenar al pueblo en 1968 y 1971. La Guardia Nacional existe en otros países democráticos. En México el Ejército siempre fue de gente del pueblo y no de la elite como en otros países. Pero la gente del gobierno en el neoliberalismo (y antes) lo utilizaba solamente para cuidar a los funcionarios del gobierno en turno”… Guillermo Fárber Bejarano padece retrocesos en su salud, advierte el colega Arturo Sandoval. Pronta y eficaz recuperación para el periodista y escritor.
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