
Las redes sociales han vuelto a hacer lo que mejor que saben: ponerle nombres a cosas que siempre han estado ahí, en esta ocasión es el "quiet quitting" o "renuncia silenciosa”, algo que está causando controversia en el mundo laboral.
En México y muchos países de América Latina es común escuchar el término de "ponerse la camiseta" cuando se habla de un trabajador que adquiere un compromiso tal con su trabajo que pareciera que la empresa es suya o algún día la heredará.
Ese nivel de entrega parece hasta romántico, pero lo cierto es que poco a poco han ido quedando de lado ya que el estrés, los bajos salarios y la falta de crecimiento dentro de una organización pone en duda si vale la pena "ponerse la camiseta".
Es ahí donde entra la "renuncia silenciosa", un término cuya traducción al español no se ajusta del todo a la realidad, pues en sí se refiere a hacer el trabajo para el que fuiste contratado sin dar un extra, flotando hasta llegar al siguiente día de pago.
Esta idea se está popularizando entre los trabajadores jóvenes que ven su vida laboral estancada, sin sueldo suficiente para escalar en la vida social, pero también sin tiempo para poder desarrollarse en aspectos más personales.
El fenómeno se está viralizando en Estados Unidos, pero esto es algo que ya se ha visto en México y otros países, solo que como se dijo en un principio, ahora alguien decidió ponerle un nombre.
Los videos, viñetas, memes y otras formas de ilustrar el "quiet quitting" han provocado que algunas personas –que sí se ponen la camiseta – critiquen está visión por parte de los jóvenes calificando el movimiento como una muestra más de la falta de compromiso.
En este grupo sin duda están los jefes que critican a los trabajadores que optan por hacer “lo mínimo” para evitar ser despedidos, mientras que del otro lado están aquellos que apelan a que no es un delito hacer únicamente aquello para lo que te contrataron, ni más, ni menos.
Una forma de ejemplificar esta postura es aquella en la que los empleados señalan que, si sus jefes no les pagan más o menos de lo acordado, entonces ellos pueden mantener sus actividades bajo la misma línea.
Para algunos especialistas laborales, el movimiento no tiene nada de extraordinario, pues en términos legales hay un contrato o acuerdo donde se establecen las obligaciones y el pago por llevarlas a cabo, además también se tiene el término de horas extras, las cuales no son obligatorias y son justamente una remuneración adicional por un trabajo extra.
Siempre habrá toda clase de trabajadores, desde aquellos que estén dispuestos a entregarse más en sus labores hasta los que opten por hacer únicamente lo que tienen que hacer, pero lo que siempre debe estar por encima de todo es que el empleador debe respetar ambas posturas y no abusar de la proactividad, pero tampoco sancionar a quienes no lo sean.