Así es la comida espacial que los astronautas consumen durante sus misiones

Los astronautas son reconocidos por su compleja labor en las misiones espaciales tripuladas, pues el duro entrenamiento físico y mental al que deben someterse para llevar a cabo sus tareas es bastante duro. En este sentido, sus viajes estelares suelen ser muy largos, por lo que deben vivir durante meses e incluso años dentro de una nave, lo que genera dudas sobre su día a día, sobre todo en el aspecto alimenticio, pues muy pocos saben qué es lo que comen los astronautas.

Los alimentos espaciales son esenciales para la nutrición de los tripulantes y hay dos tipos: los preenvasados, que son producidos, procesados y envasados en la Tierra. El segundo grupo consiste en alimentos frescos fabricados en el espacio a través de los sistemas de biorregeneración. La comida se hace en un invernadero que recrea todas las condiciones ambientales necesarias para el crecimiento de los cultivos.

Esta comida debe ser envasada apropiadamente para "para mantener la seguridad, la calidad nutricional y la aceptabilidad de los alimentos. Su función es protegerlos de las agresiones del ambiente exterior causadas por microorganismos, radiación, humedad, oxígeno y otros con el fin de evitar pérdidas nutricionales”.

Actualmente, los envasados tienen dos capas para proteger la comida. La primera es usada para alimentos liofilizados y en forma natural no ofrece una buena protección frente al oxígeno y la humedad para mantener estos alimentos en buenas condiciones durante 18 meses.

La segunda capa, que contiene aluminio, se usa para proporcionar la protección necesaria frente al oxígeno y la humedad. Los alimentos de la NASA tienen una vida útil que va de 18 a 24 meses, que es suficiente para asegurar la alimentación adecuada de los astronautas, aunque es insuficiente para las misiones tripuladas de mayor duración.

De acuerdo con un estudio, otra alternativa usada para extender la conservación de la comida es “utilizar el ambiente del espacio como un congelador externo a la nave, ya que se estima que las bajas temperaturas son capaces de frenar la degradación de los alimentos".

La comida espacial está planificada con detalle, pues debe ser ligera, compacta y nutritiva. Cinco meses antes de llevar a cabo una misión, los astronautas acuden al “Laboratorio de Sistemas de Alimentos Espaciales” para elegir su menú favorito, que debe cumplir con los requisitos nutricionales para que el cuerpo no quede expuesto al peligro.

Estas dietas deben ser muy completas, por lo que hay una serie de factores a tomar en cuenta durante la selección y el desarrollo de alimentos espaciales. Es recomendable almacenar la suficiente comida para seis astronautas, además, los alimentos tendrán su propio espacio dentro de la nave y los desechos irán metidos en envases.

Por otro lado, los científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) modifican genéticamente los árboles de ciruelo para que florezcan y produzcan frutos continuamente, de este modo, los tripulantes tienen acceso a frutos frescos en misiones espaciales de larga duración.

Durante los primeros viajes espaciales, la comida era similar a la que el ejército había desarrollado para misiones de supervivencia, como los purés envasados en tubos de aluminio, sopas frías de diversos sabores y alimentos liofilizados que se rehidrataban con agua fría a través de un instrumento especial.

La comida se creó con el fin de que no flotara en el entorno de microgravedad espacial para que no interviniera con los objetos de la nave. Para la misión Apolo se crearon los “spoon bowl”, unos envases de plástico con cierre zip y alimentos deshidratados. Los astronautas inyectaban en el paquete una pequeña cantidad de agua caliente para descomprimirlo y comerlo con cuchara.

Finalmente, la misión Skylab desarrolló refrigeradores que contenían una selección de 72 alimentos diferentes, que podían calentarse en bandejas.