
El problema de la adicción a las drogas es que siempre van a estar al alcance de la mayoría de las personas, especialmente porque son parte de productos industriales, alimentos y artículos del hogar.
Las sustancias que provocan una sensación de éxtasis o euforia están presentes en los artículos menos pensados, por lo que están cerca de muchos niños o adolescentes que incursionan en su consumo por moda o curiosidad.
Recientemente, la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos, prohibió la venta de latas con crema batida a menores de 21 años, esto debido a que aumentó su uso en jóvenes con fines recreativos.
Prohíben venta de crema batida a menores de edad en Nueva York, ¿por qué? https://t.co/2wwRgu5uPU
— Imagen Poblana (@ImagenPoblana) August 30, 2022
Pero, ¿por qué incrementó su consumo?, debido a que una vez que se saca toda la crema de la lata lo único que queda dentro es óxido de nitrógeno, un químico que ayuda a preservar la consistencia del batido, pero que también es conocido como "gas hilarante" o "gas de la risa".
El óxido de nitrógeno no es ilegal y su inhalación provoca una sensación de euforia por lapsos cortos que van de los 5 a 10 minutos, tiempo en el cual se emulan sensaciones muy cercanas al consumo de drogas sintéticas.
Aunque podría parecer inofensivo, el abuso o uso recurrente de este gas puede provocar desmayos repentinos, pérdidas de memoria, psicosis, la coordinación motora se ve afectada, problemas en el lenguaje y puede derivar hasta en un derrame cerebral.
¿Otras drogas por menos de 100 pesos?
El gas de estas latas no es el único que en algún momento ha estado de moda entre los jóvenes, pues hace aproximadamente 8 años las redes sociales hicieron viral el uso de gas hilarante.
Los retos en internet se basaban en la inhalación de helio a través de globos o directamente de un tanque, para que después la persona tuviera que hablar sin reírse, algo que es prácticamente imposible por los efectos propios del químico.
El reto fue adaptándose y después se dio una ola de casos de jóvenes con problemas de salud debido al uso constante de aire comprimido que se usa, principalmente, para limpiar aparatos electrónicos en seco.
El aire comprimido es un gas compuesto por hidrógeno, fluoruro, carbono y una mezcla de químicos que al igual que las latas con crema batida, provocan minutos de euforia y alegría a sus consumidores, con los efectos negativos ya citados.
Este tipo de gases no son los únicos artículos de los que se registró sobre su uso con fines alucinógenos, pues también están otras sustancias más conocidas, pero que están ligadas a un grupo marginado social y económicamente.
Se trata del "activo" o la "mona", solventes tradicionales que han sido usados como drogas desde hace muchos años, fáciles de adquirir por su bajo precio y porque se pueden conseguir en prácticamente cualquier tlapalería.
Uno de los solventes más empleados es el tolueno, un químico con muchos fines industriales que se vende en ferreterías, junto con una estopa, un trapo o hasta un papel, el cual se inhala por la nariz o por la boca.
Entre los solventes también están otras sustancias comunes y legales como es el resistol o cemento, que no es más que un pegamento altamente concentrado que emite gases a temperatura ambiente y que también se pueden conseguir muy fácil.
Dentro del mundo de los consumidores está también el "activo", que es generalmente limpiador de PVC, y que ha cobrado fama pues muchos jóvenes en situación de calle lo usan para mitigar los efectos del hambre o del frío.
Además de ser muy accesibles, todos los productos aquí citados son relativamente económicos y se pueden conseguir por menos de 100 pesos, por ejemplo, el litro de tolueno cuesta alrededor de 20 pesos mientras que una botella de limpiador de PVC puede costar 70 pesos.
El spray de limpiador de cabezales de video cuesta alrededor de 90 pesos; un aerosol de loruro de etilo con fines anestésicos cuesta 79 pesos; una botella de aire comprimido puede valer 85 pesos, mientras que la lata de crema batida va de los 60 a los 80 pesos.