Esquizofrenia, un asunto de salud pública

La esquizofrenia es una de las enfermedades mentales más graves que se conocen y su atención debería de ser un problema de atención pública debido a las repercusiones que puede tener en pacientes que no reciben un tratamiento adecuado.

Ayer, alguien con esta enfermedad estuvo a punto de perder la vida debido a que en medio de una crisis bajó de su automóvil y se lanzó desde la parte alta de un puente vehicular en el Periférico Ecológico, a la altura de Coronango.

El caso pudo haber sido visto como un intento de suicidio común, pero según el reporte policial, al momento de prestarle atención médica al herido, se supo que padecía esquizofrenia, siendo este el motivo por el cual habría atentado contra su vida de forma no consciente.

El paciente de este caso tiene apenas 48 años y representa una de las principales características de la afección, pues no hay un rango de edad específico para padecerla, incluso, antes de tener el nombre que tiene actualmente era conocida como demencia precoz.

A diferencia de una enfermedad viral, para la esquizofrenia no hay pruebas de laboratorio ni exámenes que permitan establecer el diagnóstico, por lo que se tiene que hacer la valoración en función de los síntomas positivos o negativos.

La observación por parte de las personas cercanas a un paciente con este padecimiento permitirá identificar algunos síntomas como delirios; alucinaciones; trastornos del pensamiento; alteración de la sensación sobre sí mismo; deterioro de las emociones y aislamiento.

Las personas que padecen esquizofrenia son relacionadas comúnmente con las alucinaciones y los delirios, por lo que muchas veces son catalogadas por la sociedad como peligrosas, aunque la realidad es que los especialistas consideran que son un mayor peligro para ellos mismos.

En un estado alterado, un esquizofrénico puede pensar que el mundo confabula en su contra, puede ver cosas que no están ahí, pensar que está en peligro o simplemente cambiar su estado de ánimo de forma drástica.

La esquizofrenia es considerada también una enfermedad deteriorante, la cual se desarrolla a edades muy tempranas, por lo que la calidad de vida de los pacientes puede reducirse rápidamente, especialmente cuando la gente cercana a él no puede corroborar que los síntomas están presentes.