Pese a las nuevas leyes que han surgido, el maltrato animal se mantiene como una constante en gran parte de México, donde frecuentemente se conocen casos de personas sin valores y escrúpulos que terminan hiriendo y hasta matando a diversas especies sin un sentido lógico, solo por lo que dicta una tendencia asilvestrada que no se ha logrado erradicar.
El caso del oso negro torturado y asesinado en Coahuila ha despertado la indignación de gran parte de la sociedad mexicana por la saña y violencia usada por un grupo de personas, que bajo la mirada complaciente de la policía del municipio de Castaños, terminaron por matar a un ejemplar de una especie protegida por el simple hecho de buscar agua.