No hay indicios de vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa: Alejandro Encinas

No hay indicios de vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa: Alejandro Encinas

Foto: Xinhua

La desaparición de 43 estudiantes de la escuela normal de maestros de Ayotzinapa, Guerrero, sur de México, desde la noche del 26 de septiembre de 2014 "fue un crimen de Estado" y no hay indicios para afirmar que los estudiantes estén vivos, dijo este jueves la Comisión de la Verdad sobre el caso en Palacio Nacional, sede del Ejecutivo.

 

"No hay indicio alguno de que los estudiantes se encuentren con vida. Por el contrario, todos los testimonios y evidencias acreditan que éstos fueron arteramente ultimados y desaparecidos", dijo el presidente de esa Comisión de la Verdad y subsecretario de Derechos Humanos del Gobierno federal, Alejandro Encinas, en conferencia de prensa.

 

Esas son conclusiones preliminares del informe que fue presentado horas antes a madres y padres de los jóvenes estudiantes en presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador y el Fiscal General.

 

El informe detalla que el Ejército, las autoridades de la ciudad de Iguala, y otros municipios del estado de Guerrero conocieron en tiempo real de los ataques contra cinco autobuses ocupados por casi un centenar de jóvenes por varias patrullas policiales cuando viajaban a la Ciudad de México a la marcha anual por la masacre de estudiantes en la Plaza Tlatelolco de 1968.

 

"Todas las autoridades estuvieron informadas de la toma de camiones (autobuses), de la llegada a la estación Central de Autobuses (de Iguala), de los hechos de persecución que fueron objeto", prosigue el informe leído por el alto funcionario.

 

Las autoridades supieron desde que los estudiantes salieron de las instalaciones de la escuela normal de maestros rurales de Ayotzinapa, a unos 120 kilómetros de Iguala hasta el momento que se dio la "orden de desaparición".

 

Esa orden fue dada a las 22:45 horas locales (03:45 GMT) de aquella noche cuando los agentes policiales los entregaron a la organización criminal autodenominada Guerreros Unidos, confabulada con las policías municipales.

 

Las omisiones en las que incurrieron estas autoridades civiles y militares "acreditan un nivel de responsabilidad, ya sea por acción u omisión, porque de haber intervenido con la información que disponían se hubiera impedido la desaparición y asesinato de los estudiantes". dijo Encinas.

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