Los jóvenes de 15 a 24 años son los que tienen más problemas para conseguir empleos de calidad, tienen una tasa de desempleo mayor respecto a los otros grupos etarios en edad de trabajar, y la COVID-19 no solo ha incidido en sus perspectivas de empleo, sino que también ha perturbado la calidad y la cantidad de la educación y la formación.
El reciente informe Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2022: Invertir en la transformación de futuros para los jóvenes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ofrece esta radiografía de la situación crítica en que se encuentra el empleo juvenil a nivel mundial.
La presente crisis puso de manifiesto deficiencias de distinta índole en el tratamiento de las necesidades de los jóvenes, especialmente los vulnerables:
- Los que buscan empleo por primera vez.
- Los que abandonan la escuela.
- Los recién licenciados con escasas competencias.
- Los numerosos jóvenes que permanecen inactivos no por elección.
- El impacto de la pandemia en el mercado laboral
La crisis de la COVID‑19 ha exacerbado los numerosos desafíos del mercado de trabajo a los que generalmente se enfrentan los jóvenes de entre 15 y 24 años. Ellos experimentaron una pérdida porcentual de empleo mucho mayor que los adultos (definidos como las personas que tienen 25 años o más).
Muchos de ellos abandonaron la fuerza de trabajo, o no llegaron a incorporarse a ella, debido a la enorme dificultad de buscar y conseguir un empleo cuando muchos países imponían medidas de cierre y confinamiento y los empleadores sufrían pérdidas masivas de ingresos como consecuencia del cierre de empresas.
Además, la fuerte caída de los ingresos familiares y el cambio al aprendizaje a distancia por parte de las instituciones educativas hicieron que la búsqueda de educación y formación fuera más ardua para muchos. En consecuencia, aumentó el ya elevado número de jóvenes sin estudios, trabajo ni formación.
"Sabemos que la pandemia del COVID-19 ha causado estragos en los mercados laborales para jóvenes en todo el mundo", apuntó Martha Newton, directora general adjunta de Políticas de la OIT.
Los jóvenes se vieron especialmente afectados porque las empresas que sobrevivieron a la crisis buscaron ante todo retener a los trabajadores, mientras que las nuevas contrataciones se desplomaron. Además, los jóvenes tienen menos probabilidades de tener la antigüedad y los tipos de contratos para ser retenidos por los empleadores y, por lo tanto, tienen más probabilidades de perder su empleo.
Millones sin trabajo
El déficit de empleo juvenil este año sería de 19 millones de puestos de trabajo en 2022, según la OIT. A nivel mundial, la recuperación del empleo juvenil va por detrás de la de los adultos, que para 2022 recuperarán más de la mitad del déficit de empleo que tenían en 2020.
Asimismo, se prevé que la tasa de participación de los jóvenes en la fuerza de trabajo aumente en todo el mundo en 2022, aunque se espera que se mantenga más de un punto porcentual por debajo del nivel de 2019. Las estimaciones apuntan a que el desempleo juvenil mundial alcance los 73 millones en 2022.
La economía del cuidado es un importante empleador de jóvenes, tanto en la educación, la atención de salud y el trabajo social y en los hogares o para ellos, sobre todo de mujeres jóvenes.
El 10,7% de todos los trabajadores jóvenes (de 15 a 29 años), es decir, 47,8 millones, trabajaban en la atención de salud, el trabajo social, la educación o como trabajadores domésticos.
La proporción de jóvenes sin empleo, educación o formación, aumentó al 23,3% y representa un nivel de desempleo que no se había visto en al menos los últimos 15 años.
"Este grupo de jóvenes corre un riesgo especial de que sus oportunidades y resultados en el mercado laboral se deterioren también a largo plazo, a medida que se afianzan los efectos de 'cicatrización' [de la COVID-19]", señaló Newton.
Sin empleo y con carencias en la educación
La crisis de la COVID‑19 no sólo ha incidido en las perspectivas de empleo de los jóvenes, sino que también ha perturbado la calidad y la cantidad de la educación y la formación.
El cierre generalizado de escuelas afectó a más de 1600 millones de alumnos en el mundo.
Para la OIT, la interrupción de la educación puede causar importantes pérdidas de aprendizaje, creando desigualdades tanto intergeneracionales como intrageneracionales.
El cierre de escuelas en 2020‑2021 tuvo efectos muy diferentes en los jóvenes, tanto entre los distintos países como dentro de ellos, dependiendo de la capacidad de los países para proporcionar disposiciones eficaces para el aprendizaje a distancia, y de la situación socioeconómica de las familias, que determinó la medida en que los estudiantes podrían beneficiarse de esta modalidad de aprendizaje.
La pérdida de logros educativos en los niveles primario y secundario podría poner en peligro la futura matriculación en la educación superior. En este sentido, puede decirse que la crisis de la COVID‑19 ha disminuido el nivel educativo no sólo por su impacto directo en las escuelas, sino también por la pérdida de educación futura, especialmente en los países más pobres.
Qué pasa en cada una de las regiones del mundo
Los últimos datos laborales examinados por la OIT indicaron que solo las regiones de altos ingresos verán para fines de año una recuperación en los niveles de desempleo juvenil, aproximándose "hacia los niveles de 2019".
En los países de bajos ingresos, se prevé que las tasas de desempleo juvenil se mantengan más de un punto porcentual por encima de los valores anteriores a la crisis.
En África, la tasa de desempleo juvenil del continente del 12,7% oculta el hecho de que muchos jóvenes han optado por retirarse del mercado laboral por completo. “Más de uno de cada cinco jóvenes en África no tenía empleo, educación o capacitación en 2020, y la tendencia se ha deteriorado”, menciona el informe de la OIT.
Los estados árabes tienen la tasa de desempleo más alta y de más rápido crecimiento de jóvenes en todo el mundo, proyectada en un 24,8% en 2022. “La situación es peor para las mujeres jóvenes en la región, con un 42,5% de desempleo en 2022, siendo casi tres veces más que el promedio mundial para las mujeres jóvenes, que es del 14,5%”, destacó el reporte.
En Europa y Asia Central, se prevé que el desempleo entre los jóvenes de 15 a 24 años sea un 1,5% más alto que en el resto del mundo este año (16,4% frente al promedio mundial de 14,9%). En Asia Pacífico se estima que el 14,9% de los trabajadores jóvenes sigan buscando trabajo en línea con el promedio mundial.
En América Latina, en tanto, el panorama sigue siendo preocupante, ya que se espera que la tasa aumente y llegue al 20,5%. "Históricamente, las tasas de desempleo de las mujeres jóvenes han sido más altas que las de los hombres jóvenes (en los países de América Latina), pero la crisis exacerbó esta tendencia", señala el informe de la OIT.
El panorama es radicalmente diferente en América del Norte, donde se espera que la tasa de desempleo de jóvenes y adultos jóvenes esté en niveles superiores a la media mundial, en el 8,3%.
Cuáles son los empleos más demandados para jóvenes
El empleo juvenil en la economía digital se caracteriza por la proporción relativamente grande de trabajadores cualificados con altos niveles de educación concomitantes.
A nivel macroeconómico, la economía digital proporciona un buen rendimiento de la inversión y la calidad de los puestos de trabajo es relativamente alta. En muchos países de ingreso bajo y mediano, la conectividad a internet sigue siendo un problema, especialmente en las zonas rurales.
Muchos tipos de empleo en la economía digital, como el trabajo en plataformas, conllevan un alto grado de inestabilidad laboral e incertidumbre en cuanto a los ingresos futuros.
El trabajo en plataformas puede ser especialmente atractivo para los jóvenes de los países de ingreso bajo y mediano: está bien pagado y la falta de seguridad laboral se percibe como menos problemática por los jóvenes ante la falta de alternativas.
Brecha de género
Las mujeres jóvenes y las niñas fueron a menudo las primeras en ser retiradas de la educación, y las últimas en regresar, lo que agravará las desigualdades de género en el mercado de trabajo.
El informe de la OIT apunta que la brecha de género, que ha mostrado pocas señales de reducción en las últimas dos décadas, es mayor en los países de renta media-baja, con un 17,3%, y menor en los países de renta alta, con un 2,3%.
Las conclusiones del informe incluyen el preocupante hallazgo de que las mujeres jóvenes se enfrentan a una peor situación que los hombres jóvenes cuando se trata de encontrar un trabajo. Este año, se espera que menos de tres de cada 10 mujeres jóvenes en todo el mundo trabajen, en comparación con más de cuatro de cada 10 hombres jóvenes. (Xinhua)