Hace más de una década que el problema del ambulantaje cobró mayor relevancia en la vida pública y política de Puebla, principalmente por el poco éxito que habían tenido las acciones para contenerlos o expulsarlos definitivamente del centro histórico.
En su segunda gestión como presidente municipal de la capital, es Eduardo Rivera Pérez quien está demostrando la mayor voluntad política para resolver este problema, en comparación con sus tres antecesores en el cargo.
2014-2016
En el año 2014 llegó al cargo de presidente municipal Antonio Gali Fayad, quien incluso usó el tema del ambulantaje como una de sus propuestas de campaña, asegurando que en su gestión se haría cargo de reordenar a los comerciantes informales.
Gali Fayad fue votado para estar cuatro años en el cargo, pero al final solo estuvo dos pues en 2016 dejó el puesto para ir a buscar la gubernatura.
Según datos emitidos en su momento por la Secretaría de Gobernación Municipal, en la administración de Gali Fayad se llegaron a registrar hasta 2,000 ambulantes, aunque al cierre de su administración hubo datos de la existencia de 1,500 comerciantes.
Al dejar su encomienda a la mitad, Gali Fayad no cumplió con sus promesas de ordenamiento comercial, ya que él proponía crear una central de abasto en el sur, así como una central camionera, que sirvieran para formalizar a este sector.
2016-2018
La administración municipal más decepcionante en el rubro de la contención de los comerciantes ambulantes fue la del 2016 al 2018, que corresponde al interinato de Luis Banck Serrato.
El otrora secretario de Desarrollo Social, llegó al cargo por unción del Congreso del Estado cuando Antonio Gali se marchó, primero de forma temporal cuando hizo campaña para la gubernatura y luego de forma definitiva cuando la ganó.
Cuando Banck Serrato recibió el Ayuntamiento de Puebla, estaban los 1,500 ambulantes que dejó Gali, pero está cifra rápidamente se elevó a 2,000.
En su gestión, se intentó contener a los comerciantes con granaderos e incluso se hizo una modificación al Código Reglamentario del Municipio para que la Comuna permitiera la expedición de 200 permisos para el comercio informal.
Según cifras que en su momento hubo por parte de la Segom, se llegaron a contabilizar 3,000 ambulantes en el primer cuadro de la ciudad, la cifra más alta de los últimos años.
Pero en el tiempo que estuvo al frente del Ayuntamiento, Banck Serrato no logró contener el problema y cuando acabó su gestión lo hizo con los mismos 2,000 que había cuando él llegó.
Asimismo, se tienen registros que durante los dos años de su gestión incrementaron las organizaciones de comerciantes informales que operan en el centro histórico, las cuales actualmente rondan las 25.
2018-2021
En el gobierno de Claudia Rivera Vivanco, de 2018 a 2021, nuevamente se habló de formalizar al sector, de crear fuentes de trabajo para ellos y, sobre todo, de no criminalizarlos.
Esta postura fue una constante para defender que el problema del ambulantaje no pudo erradicarse de forma efectiva, aunque a diferencia de las dos gestiones anteriores, sí hubo un avance en su reducción.
De los cerca de 2,000 ambulantes que había cuando Claudia Rivera llegó al cargo, para el cierre de su administración se contabilizaron entre 700 y 1,000; sin embargo, el problema persistió.
2021-2022
A partir de octubre del año pasado, Eduardo Rivera Pérez mantuvo una postura firme en contra del ambulantaje, misma que lo ha llevado a que en los tres primeros trimestres de su gestión haya un cambio respecto a esta situación.
Ayuntamiento de Puebla, firme ante amenaza del comercio informal https://t.co/lmF9r4l9YB
— Imagen Poblana (@ImagenPoblana) July 9, 2022
A pesar de los intentos de los comerciantes por volver a secuestrar las calles del Centro Histórico, la Policía Municipal, Gobernación y Normatividad se han mantenido firmes en no permitir la reinstalación de ambulantes.
Con enfrentamientos como el suscitado este fin de semana y algunas marchas por parte de los comerciantes, el gobierno municipal también ha mostrado interés de negociar su reubicación, situación que ha sido rechazada.
En lo que va de este año, se ha visto como el comercio informal fue replegado y poco a poco alejado de las principales calles de la ciudad, permitiendo el libre tránsito por las banquetas que antes estaban bloqueadas por los interminables puestos y locales.