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Los precios de la electricidad en Europa alcanzaron un nuevo récord, en el marco de la crisis de Ucrania y las sanciones al gas y petróleo rusos, por lo que la región encara un riesgo de recesión.
En Alemania los promedios de megavatio por hora han aumentado casi seis veces en relación con el año pasado, con el precio multiplicado al doble únicamente durante los últimos dos meses, reveló un análisis de Bloomberg. Actualmente, en el país germano el megavatio por hora ronda en los 487 dólares.
Esta situación se agudiza ante las dudas de que los suministros gasíferos de Europa sean capaces de generar suficiente energía eléctrica para hacer frente a los fríos del invierno que se aproxima.
Por ejemplo, en el caso de Francia, el diario especializado en materia económica distingue que sus capacidades de energía nuclear son extremadamente bajas, lo que abre la posibilidad a comprar energía en los meses por venir.
Además, de cara a los riesgos del invierno, la Comisión Europea ha llamado a los países miembros de la Unión Europea a procurar el ahorro de gas para no desgastar previamente las reservas en vísperas de la estación más fría del año.
Este 15 de agosto los precios alcanzaron un nuevo récord en el Reino Unido y Alemania, en una creciente demanda de sistemas de enfriamiento cuando el continente enfrenta una ola de calor histórica y desafíos de sequía.
En Reino Unido el precio de los energéticos domésticos ha crecido hasta en siete veces este año, cuando el megavatio por hora ronda en los 713 dólares.
Ante esta situación, agudizada por las restricciones que ha impuesto Bruselas a la exportación de gas y petróleo desde Rusia, los Gobiernos europeos han buscado medidas para aliviar el aumento de precios, como la determinación de París de nacionalizar la compañía eléctrica Électricité de France (EDF).
El analista energético Fabian Ronningen consideró en conversación con Bloomberg que no hay señales que indiquen que disminuirá este disparo de los precios energéticos en el continente, en un escenario donde las alternativas nucleares y de carbón no son suficientes para aliviar la demanda.
