De acuerdo con un nuevo estudio realizado en Reino Unido, el deterioro cognitivo puede evitarse por medio de la educación, trabajo y vida social. En ese sentido, la investigación sugiere que continuar aprendiendo durante toda la vida puede ayudar a proteger el cerebro.
El estudio publicado en la revista Neurology advierte que las personas con puntajes bajos en las pruebas cognitivas en la infancia pueden proteger su cerebro si continúan aprendiendo durante toda su vida. Conclusión distinta a la de otros estudios, los cuales demostraron que las personas con puntajes bajos tenían más probabilidades de sufrir un deterioro cognitivo mayor en la vejez.
La autora del estudio, Dorina Cadar, PhD de la Escuela de Medicina de Sussex en el Reino Unido, comentó que la capacidad cognitiva está sujeta a factores a lo largo de la vida. En ese sentido, participar en un círculo intelectual, social y físicamente activo ayuda a prevenir el deterioro cognitivo y demencia. Asimismo, dijo ser alentador descubrir que desarrollar la reserva cognitiva en una persona con baja cognición en la infancia les ayuda a tener una recuperación mental después.
Para realizar el estudio, se involucraron a mil 184 personas nacidas en 1946 en Reino Unidos. Primero se les hizo una prueba cognitiva a los ocho años y nuevamente a los 69 años. Adicionalmente, se combinó el nivel educativo de los sujetos a los 26 años, su participación en actividades a los 43 y su ocupación hasta los 53 años. La capacidad de lectura a los 53 se evaluó como una medida del aprendizaje general apartado de la educación y ocupación.
Las habilidades cognitivas más altas en la infancia, índice de reserva cognitivo más alto y una mayor capacidad de lectura fueron asociados con los puntajes más altos en la prueba cognitiva a los 69. Pues, hubo un aumento de 0.10 puntos en promedio en las pruebas y 0.22 puntos más en las puntuaciones cognitivas.
Por su parte, las personas con licenciatura u otras certificaciones de educación superior obtuvieron 1.22 puntos más en promedio que aquellos sin educación formal. Asimismo, quienes realizan más de seis actividades de ocio obtuvieron en promedio 1.53 puntos más, que quienes participaron en hasta cuatro actividades. Aquellos con un trabajo a nivel profesional sumaron 1.5 puntos más en promedio, en comparación con aquellos con ocupaciones parcialmente calificadas o no calificadas.
Invertir en alta educación brinda amplios beneficios, de acuerdo con Michal Schnaider Beeri, PhD, de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai en Nueva York. Pues, se extienden las oportunidades para las actividades de ocio y proporcionado actividades cognitivas desafiantes para las personas que trabajan en ocupaciones menos calificadas.
Sin embargo, se destacó que el estudio cuenta con limitante, pues las personas que permanecieron involucradas en el estudio hasta los 69 años pudieron tener mejores posibilidades. En ese sentido, los resultados obtenidos pueden no ser el reflejo de la población general.