Agricultores mexicanos utilizan una técnica de cultivo ancestral, única en el mundo, para favorecer la seguridad alimentaria en zonas vulnerables de México.
Se trata de la chinampa, un modelo artificial de cultivo que consiste en un sistema de islas flotantes de plantas nativas y materia orgánica para poder cultivar sobre las aguas y abastecer de alimentos a los pobladores.
"Esta técnica se empleó en la época Mesoamericana, particularmente, para alimentar a una de las ciudades con mayor crecimiento demográfico, el antiguo Teotihuacán, con una población de unos 150.000 habitantes durante su apogeo", explicó a Xinhua el biólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Leonardo Beltrán Rodríguez.
De acuerdo con el especialista, el sistema productivo se emplea en la actualidad en la Ciudad de México y es ampliamente rentable porque no requiere de uso de agroquímicos, de arduas tareas, ni de riego pues ya se tiene el suministro hídrico por el lago en el que se encuentra la chinampa.
"Esta técnica ancestral es una medida para favorecer la seguridad alimentaria en México y en cualquier lugar que cuente con las condiciones para que este cultivo pueda dar frutos y que podría abonar a la producción sostenible con productos nativos ya sea para el autoabasto o para la comercialización", detalló Beltrán.
Es posible que este sistema tradicional de agricultura se pueda replicar; sin embargo, se requiere de algunas especies arbóreas específicas y una fluidez del agua para que su funcionamiento sea exitoso.
"En la chinampa se pueden encontrar hortalizas, básicas en la dieta mesoamericana, acompañadas de plantas ornamentales y especies aromáticas en los bordes, las cuales impiden la entrada de plagas", refirió.
Asimismo, el investigador aseguró que la implementación de la técnica es de gran utilidad pues se consiguen productos de alta calidad a bajo costo sin necesidad de intermediarios.
Otro de los beneficios del método antiguo es que se pueden tener policultivos, un tipo de agricultura que usa diferentes cultivos en la misma superficie, imitando hasta cierto punto la diversidad de los ecosistemas naturales de plantas herbáceas y evitando las grandes cargas sobre el suelo agrícola de los cultivos únicos.
"Productos de primera calidad pueden llegar a los hogares de todos, a los mercados y eso puede beneficiar a muchas personas con alimentos saludables y, ante la subida de precios de los últimos meses, esto sería una excelente opción", comentó el universitario.
Los campesinos también obtienen un sinfín de recursos que pueden consumir durante todo el año para nutrir a sus familias y así mejorar su calidad de vida.
"La continuidad de estas prácticas en la Ciudad de México se debe a una mezcla de tradición y modernidad. Existen núcleos familiares o personas que provienen o han estado en contacto con comunidades rurales y buscan mantener sus costumbres y pasarlas de generación en generación", agregó el universitario.
Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se estima que un total de 2.000 millones de personas en el mundo experimentan algún nivel de inseguridad alimentaria.
El 3,7 por ciento de la población total en México enfrenta inseguridad alimentaria severa, de acuerdo con cifras de la FAO.
La inseguridad alimentaria tiene efectos nocivos para la salud como retrasos en el crecimiento, rendimiento escolar deficiente, mala nutrición, mismos que afectan principalmente a los menores, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).