La erupción del volcán Tonga, registrada el 15 de enero de 2022, arrojó tal cantidad de vapor de agua a la atmósfera que podría modificar temporalmente la temperatura de la superficie terrestre, informó la NASA.
El estallido de este volcán, ubicado en el océano Pacífico, al noreste de Nueva Zelanda, produjo ondas de tsunami alrededor del planeta, además de una onda sónica que ya ha dado dos veces la vuelta al mundo, advirtió la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
La erupción subacuática arrojó vapor de agua en grandes volúmenes a la estratósfera, lo cual sería suficiente para rellenar 58.000 piscinas de dimensiones olímpicas, explicaron los expertos de la agencia espacial estadounidense.
Un científico atmosférico de la NASA emplazado en el sur de California, Luis Millán, conduce los estudios en torno a la columna de vapor de agua arrojada por el volcán, de alrededor de 146 teragramos, es decir, 14 billones de gramos de peso, alrededor del 10% del total de agua presente en la capa atmosférica.
El exceso de vapor de agua arrojado por este volcán podría permanecer en la estratósfera por varios años. Además, la química atmosférica podría modificarse, con consecuencias como la disminución de la capa de ozono y la modificación de las temperaturas de la superficie terrestre.
When the Hunga Tonga-Hunga Ha’apai volcano erupted on Jan. 15, it sent a tsunami around the world & set off a sonic boom that circled the globe twice. The eruption also sent a plume into the stratosphere with enough water vapor to fill more than 58k Olympic-size swimming pools. pic.twitter.com/dmOjQle6dq
— NASA Climate (@NASAClimate) August 2, 2022
El efecto de calentamiento temporal provocado por la erupción del Tonga, añadió la NASA, se disipará cuando el vapor de agua adicional sea expulsado de la estratósfera.
La cantidad de agua arrojada es posible solo porque este volcán subacuático se encuentra en las profundidades oceánicas precisas, unos 150 metros debajo de la superficie marina, explicó la agencia, pues de estar un poco más arriba el impacto de la columna de vapor de agua sería mucho menor. En cambio si estuviera más profundo, la presión del agua podría haber contenido la erupción.
La NASA señaló que es inusual que las erupciones volcánicas inyecten tales cantidades de agua en la estratósfera y citó dos antecedentes: uno ocurrido en 2008 en Kasatochi, Alaska, y otro en 2015 en Calbuco, Chile, ambos episodios menores en expulsión de agua en comparación con lo registrado en Tonga.