Un hacker ruso declaró una guerra sin cuartel al mayor fabricante mundial de armas, la empresa estadounidense Lockheed Martin, e inició una caza de sus más de 100.000 empleados.
"A partir de hoy, la corporación de defensa Lockheed Martin será objeto de mis ciberataques", advirtió el ciberactivista que se esconde bajo el apodo de KillMilk.
El hacker amenazó con paralizar el sistema de gestión de plantas de Lockheed Martin, a la que calificó de "compañía terrorista", filtrar los datos personales de sus empleados, perseguirlos y "destruirlos a lo largo del mundo".
"¡Estoy en contra de las armas! ¡Estoy en contra del negocio de la muerte!", explicó el fundador de los grupos Killnet, Legión y Ciberejército de Rusia.
En un video doblado en inglés, KillMilk acusa a Lockheed Martin de lucrarse de la muerte a lo largo del mundo, pide a los hackers de otros países que le ayuden a "limpiar el planeta", quemando todas las oficinas de esa "organización peligrosa para la humanidad".
Como recompensa les promete, además de "la gratitud de cientos de millones de personas", el equivalente de $50.000 en cualquier criptomoneda de su elección.