El Partido Revolucionario Institucional (PRI) vive la peor crisis de su historia. En estos momentos, el expartidazo es un “muerto viviente” que de cara a 2024 se coloca en la antesala de la desaparición, todo gracias a los errores cometidos desde su dirigencia nacional.
El presidente de este instituto político, Alejandro Moreno Cárdenas, es señalado por muchos militantes como el principal responsable de la crisis que vive el PRI, pero “Alito” ha puesto oídos sordos a estos reclamos, mostrando que su único interés es mantener un coto de poder personal.
La muestra de esto es la gira internacional que ha emprendido Moreno Cárdenas para victimizarse por la supuesta persecución política que tendría el presidente Andrés Manuel López Obrador en su contra.
Hace unos días, Moreno Cárdenas acudió directamente a la Organización de Naciones Unidas (ONU) para acusar la supuesta persecución en su contra, queriendo dar la imagen de ser un político “importante” para México, pese a que su partido es un total desastre.
En esta ocasión, “Alito” se hizo el aparecido en Estados Unidos para reunirse con el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, con el objetivo de denunciar atropellos en su contra.
No conforme con eso, Moreno Cárdenas acudió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para levantar una denuncia contra el Gobierno Federal por la tan cacareada persecución política en contra de la oposición.
Todo lo anterior es criticable debido a que Moreno Cárdenas ni siquiera ha dado comentario alguno sobre la vida de lujo que lleva, que quedó evidenciada con el cateo que se hizo en uno de sus domicilios, donde se encontraron todas las excentricidades de las que disfruta el priista.
De la misma manera, ha guardado silencio de la enorme crisis que vive en estos momentos el PRI, pues en lugar de trabajar en fortalecer este partido para 2024, parece decidido a salvarse solamente a él, dejando a la deriva a un expartidazo que pinta para desaparecer en el próximo proceso electoral.