Así es “Línea de espejos”, la futurista ciudad que será construida en el desierto

Así es “Línea de espejos”, la futurista ciudad que será construida en el desierto

Foto: Twitter / @NEOM

Una innovadora ciudad conformada por edificios cubiertos de espejos será construida en el desierto de Arabia Saudita. Este proyecto tiene como objetivo diversificar la economía y dejar de depender del petróleo. La obra ha sido llamada “Línea de espejos” y consistirá en 2 estructuras espejadas paralelas de unos 500 metros de altura y cerca de 170 kilómetros de longitud que atravesarán una línea de terreno costero.

 

Se estima que su construcción se hará por etapas y podría tardar 50 años en estar lista, mientras que su costo podría alcanzar el billón de dólares. Se espera que la ciudad pueda albergar a 9 millones de personas, que se alimentarán gracias a la agricultura que estará integrada a los edificios.

 

Las verduras se cosecharán y empaquetarán de forma autónoma y serán llevados a “comedores comunitarios”, por lo que los residentes deberán pagar una especie de suscripción para recibir alimentación.

 

Por otro lado, se planea construir un estadio deportivo, a una altura de más de 300 metros, así como un puerto para yates. También está previsto que un tren de alta velocidad pase por debajo de la construcción.

 

 

“Línea de espejos” es parte de una serie de proyectos bautizados como “Neom”, constituidos por el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán, con el fin de atraer inversiones extranjeras y crear nuevos puestos de trabajo.

 

A pesar de que recientemente la llegada de dinero internacional se ha visto obstaculizada, debido a la resistencia de Occidente para cooperar con Riad, a causa de la presunta relación del príncipe heredero con el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi en 2018 y las denuncias abusos a los derechos humanos en el reino, la reunión entre Bin Salmán y el presidente estadounidense Joe Biden, abre potencialmente el camino al proyecto.

 

En este sentido, todavía hay algunos retos que deben ser superados, como la gestión de la migración de millones de aves a través de los corredores que atravesarán las edificaciones. Además, ha surgido la preocupación de que las obras cambien el flujo de aguas subterráneas y limite el movimiento de los animales.

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