En plena crisis mundial de energéticos derivada del conflicto entre Rusia y Ucrania, las exportaciones de combustóleo mexicano a Estados Unidos han aumentado significativamente durante el primer semestre de 2022.
Durante la primera mitad del año, Estados Unidos ha comprado 31,68 millones de barriles de este energético a México, un promedio de 5,28 millones de unidades al mes y un índice superior a los indicadores de 2021 en 11 millones de barriles.
Luego de que las sanciones impuestas a Rusia generaran escasez en el mercado petrolero, Estados Unidos ha buscado sustituir esas importaciones con suministros de países como Venezuela, México o potencias energéticas de Medio Oriente, como Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.
Durante 2021, Estados Unidos importó 54,2 millones de barriles de petróleo desde Rusia, uno de los principales productores y exportadores de hidrocarburo del mundo.
Es decir que en el escenario actual en la primera mitad del 2022 ha adquirido a México más de 58 % del energético adquirido a Rusia el año anterior.
En tanto, en los primeros 18 de julio, Estados Unidos ya adquirió 4,2 millones de barriles de combustible de México, según análisis de datos públicos del país norteamericano.
La principal cantidad de este combustóleo mexicano arriba a territorio estadounidense por el Golfo de México, concretamente a entidades como Texas y Luisiana, porque es ahí donde se ubica casi la mitad de refinerías existentes en el país de las barras y las estrellas.
Además de México, Estados Unidos ha buscado suministro de combustibles en Irak, Ecuador, Turquía, Brasil y las Bahamas.
En contraparte, países como Brasil y México importan gran cantidad de productos refinados del combustóleo que previamente le venden a Estados Unidos, al grado de que 48 % de las refinaciones estadounidenses fueron adquiridas por países de América Latina durante 2021, sobre todo en diésel y gasolinas.