La música ha estado presente en prácticamente toda la historia de la humanidad, por lo que es un elemento imprescindible para expresar emociones e ideas. Múltiples estudios han descubierto que las diferentes melodías afectan la química del cerebro, sincronizan las respuestas cerebrales entre sujetos y provocan la liberación de dopamina, hormona responsable del placer. En este sentido, la ciencia se ha interesado por saber si la música tiene un impacto similar en los animales de compañía, como perros y gatos.
Un estudio en el que participaron 117 perros de un refugio, considerado como un entorno estresante, evaluó el efecto del heavy metal, pop melódico, reggae y la música clásica en estos animales. Los resultados mostraron que con excepción del metal, todos los géneros ejercían un efecto calmante.
Los científicos señalaron que debido a su afinado rango auditivo, los canes responden mejor a ritmos pausados, con pocos instrumentos y tonos largos, preferentemente sin cambios bruscos en la melodía.
Otro estudio, enfocado en evaluar el impacto de la musicoterapia en el comportamiento canino, demostró que la música específica o adaptada a ellos no tuvo efectos diferentes a la exposición de música clásica. Por otro lado, una investigación de la Universidad de Glasgow determinó que los perros dejan de ladrar, se acuestan y dormitan relajados cuando sonaba rock melódico y reggae, reduciendo la cantidad de cortisol, la enzima asociada al estrés, de forma significativa.
Estos resultados han llevado a los profesionales en salud y bienestar animal a valorar el impacto de la música en ambientes que pueden provocar estrés, como las visitas al veterinario. En cuanto a los gatos, se descubrió que la música específica para estos animales sí tiene un impacto benéfico, pues reduce la frecuencia respiratoria y provoca más interacciones sociales positivas.
Para probar esto, los investigadores crearon tres grupos y a cada uno de ellos se les puso música distinta durante su ingreso a un hospital veterinario: clásica, específica y ninguna. Los resultados señalaron que estos géneros tienen un efecto relajante en estos animales, lo que contribuye a mejorar su experiencia.
En la mayoría de ocasiones y con todos los géneros creados por y para humanos, los gatos permanecen indiferentes. A los felinos domésticos les gusta la música, pero en sintonía con el rango de los latidos de su corazón y los ruidos que hacen de forma natural como los ronroneos, la succión o los maullidos.
Estas criaturas cuentan con 32 músculos auditivos, que les permiten escuchar sonidos más altos y bajos en la frecuencia de las ondas sonoras, incluso por encima de los perros, lo que los convierte en una de las especies de mamíferos con el rango auditivo más amplio.
