Los perros son considerados por muchos como el mejor amigo del ser humano, pues son leales, fieles y proporcionan una gran compañía, por lo que son adorados en todo el mundo. Debido a esto, cada vez son más las personas que tratan a estos animales como si fueran sus hijos, aunque esto no es del todo positivo, ya que puede ser un síntoma de algún problema de salud mental.
Esto se conoce como antropomorfismo y corresponde a atribuir características, emociones o motivaciones humanas a los animales. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, estos comportamientos se relacionan con la posibilidad de padecer algún tipo de trastorno psicológico, como depresión o carencias afectivas.
Saludar a tu mascota antes que a cualquier otra persona, que conviva o duerma contigo, hablarle como si fuera un bebé o compartir tu comida con el can puede ser una señal de que tienes un “perrhijo”, es decir, que tratas a tu perro como un hijo.
El antropomorfismo es la atribución de características humanas a un animal nohumano.
— Loubé ???? (@lourdesberzas) May 17, 2020
Se basa en lo que Plous llamó principio de similaridad: cuanto más se nos parezca el otro animal, más empatizaremos con él. Correlaciona bastante con la cercanía taxonómica (pero no siempre).
Este tipo de conductas no solo representan problemas para los humanos, pues pueden provocar que las mascotas se vuelvan sumamente dependientes, lo que no es positivo para ellas, ya que ante la ausencia de sus dueños pueden sufrir ataques de pánico e incluso desarrollar desórdenes alimenticios.
En este sentido, interpretar el comportamiento de los animales desde una perspectiva tan humana hace más complicado encontrar una solución para sus conductas negativas, lo que hará que se conviertan en hábitos muy difíciles de corregir.
A pesar de esto, no está de más humanizarlos y darles un poco de cariño y amor, además, en ocasiones resulta útil hacerlo debido a que beneficia su bienestar, pues los perros, al igual que los gatos, son criaturas emocionales, por lo que sienten ansiedad, miedo, frustración, felicidad, depresión y alegría al igual que nosotros.
