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¿En qué invierten su tiempo nuestros jóvenes?, es una pregunta que muchos nos hacemos cuando escuchamos que existen adolescentes y niños que no tienen acceso oportunidades de superación, mientras que algunos que si cuentan con ellas, parecen no aprovecharlas.
Cada 15 de julio desde el año 2014 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemora el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, con la finalidad de reconocer las habilidades de este sector social y su desarrollo con su entorno.
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La ONU también conmemora esta fecha como una forma de civilizar las carencias que enfrentan los jóvenes en el mundo, ya que existen aproximadamente 125 millones que trabajan en condiciones laborales precarias.
Resulta más grave que existen más de 75 millones de jóvenes que se están desempleados y lidian a diario con la falta de oportunidades y acceso a la educación o programas sociales.
¿Qué hacen los jóvenes con lo que tienen?
Las realidades planteadas por la ONU en la conmemoración del Día Mundial de las Habilidades de la Juventud son tangibles en una cotidianidad latinoamericana, donde se puede ver que muchos tienen que dejar la escuela para trabajar y colaborar con el gasto familiar.
También la precariedad laboral golpea todos los sectores sociales, pero cuando se es un adolescente las condiciones son aún más infravaloradas por lo que los salarios son ínfimos y no hay oportunidad de quejarse.
En el otro lado de la moneda encontramos sectores sociales privilegiados, donde los adolescentes tienen la posibilidad de estudiar y dedicarse completamente a esta actividad, sin tener que preocuparse por el gasto familiar.
Este grupo social suele ser uno de los más visibles en las zonas urbanas, aunque ha ido disminuyendo año con año gracias a la crisis económica y la realidad de muchas familias, que antes pertenecían a la llamada clase media.
Muchos son los jóvenes que aprovechan sus oportunidades en la vida para poder destacar a nivel deportivo, estudiantil, e incluso empresarial, con alguna compañía que les permita algo innovador al mercado.
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Pero otro sector de la juventud pareciera no estar consciente sobre sus privilegios y es ahí donde vemos como se desaprovecha su ingenio de las redes sociales, pues muchos de ellos buscan convertirse en “influencers” y ven esto como la única opción.
Imitando las tendencias es como vemos a muchos de los jóvenes hoy en día, esperando a que los nuevos inventos lleguen sin interés por ser ellos quienes hagan el próximo gran descubrimiento. Aunque afortunadamente no todos son así.
¿Y las políticas públicas?
Por parte de las autoridades la solución se ve más paternalista, pues las políticas públicas actuales se enfocan únicamente en simular que los jóvenes son económicamente activos y tienen posibilidad de acomodarse en el mundo laboral.
Con programas como Jóvenes Construyendo el Futuro, el gobierno federal ofrece la oportunidad de ubicar a los mayores de edad que no se encuentran estudiando ni trabajando formalmente para aprender algún oficio o adquirir experiencia en una empresa.
Durante un año los becarios de este programa podrán trabajar en empresas que no se harán cargo de su salario, pues este lo destina el gobierno federal.
Pero una vez que acaba este periodo de beca no hay ninguna garantía de qué los jóvenes puedan seguir dentro del mundo laboral o que la experiencia adquirida les vaya a ser de utilidad, esto a pesar de qué se han documentado casos de éxito derivados de este programa.
