BA.4 y BA.5, la antesala contagiosa de la temida Centauro

BA.4 y BA.5, la antesala contagiosa de la temida Centauro

Foto: Pixabay

El mundo vive la quinta ola de contagios de COVID-19. Al menos en México, los nuevos casos y reinfecciones están a la orden del día y esto ya está tomando tintes de alerta máxima entre la población.

 

Y es que son miles los mexicanos que han manifestado estar con problemas respiratorios que se pueden considerar como COVID-19, aunque muchos de estos no confirman el contagio y solo deciden quedarse en casa. Pese a esto, el país ha roto récords de contagios de acuerdo a las cifras oficiales.

 

Además de que en toda la República se han relajado de manera evidente las medidas sanitarias, se debe achacar este repunte a las variantes BA.4 y BA.5 de ómicron, que parecen ser solo la antesala de la aún más contagiosa Centauro.

 

La sociedad no sabe si está enferma o no con esta nueva variante debido a que los síntomas son similares a la cepa original de ómicron, donde se presenta tos, secreción nasal, dolor de garganta, fatiga y dolores de cabeza y musculares.

 

La preocupación de las personas no debe quedar de lado, pues estas variantes serán las predominantes en América para la segunda mitad de julio, eso sin contar la posible presencia de Centauro.

 

Centauro es una variante que ha comenzado a encender las alertas de los expertos en salud, pues ya comienza a circular en diversas zonas de Europa, provocando infecciones rápidas entre personas que incluso están vacunadas y ya han tenido una infección previa.

 

Aún no hay mucha información sobre esta variante, pero lo que se ha detectado es que es mucho más contagiosa que BA.4 y BA.5, aunque también es poco mortal.

 

Sin embargo, esta baja mortalidad no se aplicaría en personas que no han recibido vacunas y que tienen alguna comorbilidad, algo que se ve constantemente en México, donde muchos ciudadanos siguen sin recibir el antígeno, algunos por decisión propia.

 

Cualquier variante puede ser fatal, por lo que resulta necesaria una nueva inoculación para que se pueda enfrentar a las nuevas variantes que parecen resistentes a los anticuerpos generados por la vacuna o por alguna infección previa.

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