Ayuntamiento de Puebla, firme ante amenaza del comercio informal

Ayuntamiento de Puebla, firme ante amenaza del comercio informal

Foto: Enfoque

El comercio informal es uno de los principales problemas que tiene Puebla capital, sobre todo en el centro histórico, donde decenas de vendedores ambulantes buscan adueñarse de las calles para vender sus productos, la mayoría de dudosa procedencia.

 

Por muchos años, especialmente en la pasada administración de Claudia Rivera Vivanco, los comerciantes ambulantes lograron doblegar a la autoridad municipal y se colocaron en calles principales del centro histórico, dando una pésima imagen a una zona patrimonio de la humanidad.

 

Muchas voces han afirmado que esto se permitió debido a acuerdos por debajo del agua que había entre algunas autoridades municipales y líderes comerciantes, algo que parece ha llegado a su fin con la administración del presidente municipal Eduardo Rivera Pérez.

 

Lo anterior quedó de manifiesto con la postura tomada desde el miércoles y jueves por parte del Gobierno Municipal, que desplegó un operativo para evitar la instalación de comerciantes informales, perteneciente a un grupo que ha desacatado todas las indicaciones del ayuntamiento capitalino.

 

 

Y es que el mismo alcalde Eduardo Rivera Pérez ha sentenciado que no tienen nada qué negociar con estos vendedores ambulantes, pues la decisión de limpiar el centro histórico de comercio informal y no se dará marcha atrás, determinación que otros grupos de comerciantes han aceptado.

 

La lucha por mantener un centro histórico libre de comercio informal es avalada por el gobernador Luis Miguel Barbosa, quien reconoció el esfuerzo del edil capitalino y resaltó que el Gobierno del Estado apoyará al 100 % al Ayuntamiento de Puebla para evitar la instalación de ambulantes.

 

 

Con esto, comerciantes informales que insisten en ir en contra de lo determinado por las autoridades han topado por primera vez contra pared, pues la administración de Eduardo Rivera no cederá a los chantajes y amenazas de este grupo de informales.

 

Ahora queda en manos de la sociedad apoyar al gobierno capitalino no adquiriendo productos del comercio informal, pues de esta manera se estaría fomentando esta práctica que ha dañado la imagen del primer cuadro de la ciudad.

 

 

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