El celular se ha convertido en uno de los aparatos electrónicos más presentes en la vida de las personas, muy cerca ya de la televisión según cifras del INEGI, por lo que muchas personas no lo sueltan ni a la hora de comer.
Los motivos pueden ser diversos, algunos justificados y otros no, pero múltiples investigaciones han demostrado que las repercusiones negativas de esta acción no solamente son sociales sino también para la salud.
De acuerdo con un estudio hecho por la Universidad de Kioto, se analizó peso de un grupo de 213 estudiantes que comían mirando el celular, concluyendo que todos subieron en promedio 3 kilos.
El estudio señala que esto se debe a que el cerebro no lleva a cabo correctamente la función de saciedad y provoca que algunas personas sigan comiendo aun cuando ya deberían de estar satisfechas.
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Otro análisis hecho por la Universidad de Illinois revela que comer haciendo otra actividad, como puede ser mirar el celular, altera los hábitos alimenticios y puede hacer que la gente también coma menos.
Una menor ingesta de alimentos no se refleja en una pérdida de peso, sino que solamente es una alteración del comportamiento alimenticio, pues el cerebro hace que comas de manera inconsciente, perdiendo la noción de la cantidad que has ingerido.
"Comemos inconscientemente cuando nos hemos sentado deliberadamente a comer, pero desarrollamos al mismo tiempo una actividad secundaria: responder a mensajes en el teléfono o seguir un programa de televisión", señala el estudio.
Los inconvenientes sociales
Además de los efectos negativos en la salud, hay que resaltar que 81 % de las personas acostumbra a usar el teléfono mientras come, lo cual repercute en su vida social.
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Las reglas de etiqueta modernas contemplan el uso del celular en la mesa como una falta de respeto, incluso el hecho de poner el móvil sobre la mesa es considerado de mal gusto.
En el plano de pareja o familia puede ser mal visto el uso del móvil mientras estás en la misma mesa con la persona que se supone debería ser el centro de atención.
Por eso es que, si no es de vital importancia que uses el teléfono mientras estás en la mesa, deberías de guardarlo y concentrarte en comer o en pasar un buen rato las personas que te rodean.
