“Ballenas asesinas” están acabando con tiburones blancos en costas de Sudáfrica

“Ballenas asesinas” están acabando con tiburones blancos en costas de Sudáfrica

Foto: Pixabay

Un equipo de científicos del Dyer Island Conservation Trust ha identificado en las costas de Sudáfrica a un par de orcas que desde 2017 han estado matando a los grandes tiburones blancos para extirparles y devorar su hígado y corazón. Conocidas como “ballenas asesinas”, estos animales han logrado expulsar a un gran número de tiburones de su hábitat natural.

 

Los investigadores explicaron que desde 2017, ocho tiburones blancos han sido encontrados muertos en la costa con signos evidentes de ataque, además, a siete de ellos les extirparon el hígado y el corazón.

 

Las estimaciones de los expertos señalan que estas orcas podrían haber matado a más tiburones que no han sido arrastrados hacia la costa. Esta situación ha provocado que los tiburones estén evitando ciertas regiones de la costa de Gansbaai, territorios que han dominado durante muchos años.

 

Para comprobar esta teoría, los científicos utilizaron datos de avistamientos y rastreo para conocer los desplazamientos de los tiburones. Durante la investigación se rastrearon hasta 14 ejemplares y se demostró que evitan las zonas en donde las orcas están presentes.

 

 

Estos hallazgos refuerzan la hipótesis de que los tiburones utilizan su sentido del miedo para desencadenar una migración rápida, masiva y a largo plazo cuando sus depredadores están cerca. “Inicialmente, después de un ataque de orca en Gansbaai, los grandes tiburones blancos no aparecían durante semanas o meses”, explicó Alison Towner, bióloga de tiburones blancos y autora principal del estudio.

 

“Lo que parece que estamos presenciando es una estrategia de evasión a gran escala, que refleja lo que vemos que usan los perros salvajes en el Serengeti en Tanzania, en respuesta al aumento de la presencia de leones. Cuanto más frecuentan las orcas estos sitios, más tiempo se mantienen alejados los grandes tiburones blancos”, agregó Towner.

 

Antes de que las dos orcas llegaran, solo se habían reportado dos casos de ataques en los últimos 15 años desde que comenzó la recopilación de datos en Gansbaai: el primero en 2007 y otro en 2016. Después llegó la “debacle” de los tiburones blancos, que no tiene precedentes en el área.

 

 

Por otro lado, el estudio reveló que la ausencia de tiburones blancos en la zona ha permitido que aparezca un nuevo depredador. “Todo esto ha provocado la aparición de un nuevo mesopredador, depredador situado en la zona media de la cadena trófica, el tiburón ballenero de bronce. El equilibrio es crucial en los ecosistemas marinos; por ejemplo, sin grandes tiburones blancos que restrinjan el comportamiento de los lobos marinos, las focas pueden depredar a los pingüinos africanos en peligro crítico o competir por los pequeños peces pelágicos que comen. Ese es un impacto de arriba hacia abajo”, explicó Towner.

 

Finalmente, la experta señaló que este tipo de estudios de seguimiento continuo ayudarán a recopilar más información sobre cómo las depredaciones afectan el equilibro ecológico a largo plazo.

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