
El desarrollo industrial en Puebla se forjó a un costado de sus ríos. Fueron las fábricas textiles que llegaron a partir de los años 1800 las que dieron empleos, desarrollo e incluso generaron colonias.
Pero la mayoría de estas fábricas siguen en pie, algunas incluso en el mismo giro, convirtiéndose en testigos de la historia y como la ciudad ha ido creciendo alrededor de ellas.
El Mayorazgo
La fábrica El Mayorazgo fue la primera en inaugurarse en Puebla, instalada en lo que era un molino de trigo a un costado de las calles 11 Sur y Cúmulo de Virgo.
Cuando la fábrica se instaló, la 11 Sur era un remanente del río San Francisco y atrás de ella aún pasa el río Atoyac, los dos afluentes más importantes de la ciudad.
La fábrica pasó por varias adaptaciones y por varios dueños, pero en 1993 llegó a su fin tras una huelga de sus trabajadores, cerrando para siempre sus puertas.
Alrededor de la fábrica nació una colonia con viviendas construidas por los dueños para los trabajadores, siendo estás lo único que sobrevive pues la fábrica sufrió un deterioró fatídico.
Actualmente lo que era la fábrica es una completa ruina, siendo el chacuaco de la caldera lo que resalta en la zona pues se mantiene en pie con ayuda de un apuntalamiento.
La Constancia Mexicana
Esta fábrica se inauguró en 1835 y es considerada la primera fábrica textil en Puebla debido a que El Mayorazgo tuvo otras actividades antes de adoptar el giro de las hilaturas.
Esteban de Antuñano fue su fundador y el bulevar que pasa a un costado de dónde estuvo la fábrica lleva su nombre, además la instalación de esta empresa significó el nacimiento de la colonia Constancia Mexicana.
La fábrica tuvo un desarrollo textil, pasando por varios dueños, hasta que en 1972 cerró sus puertas debido a una huelga, cediendo los derechos de la fábrica a sus obreros.
Algunos espacios de la fábrica se adaptaron como departamentos para las familias de los obreros quienes ocuparon la fábrica y mantuvieron la capilla del lugar.
En 2001 el Gobierno del Estado expropió la fábrica y algunos predios aledaños, como una escuela primaria que llevaba el nombre de Esteban de Antuñano, pero no fue sino hasta 2010 cuando iniciaron los trabajos de remodelación.
A finales de 2012 comenzó la inauguración de los diferentes museos que se construyeron en la antigua fábrica y en los terrenos aledaños.
El Patriotismo
En 1839 abrió la fábrica El Patriotismo, ubicada a escasos 10 minutos de La Constancia Mexicana y también a un costado del río Atoyac.
Esta fábrica es la primera de la lista que hasta la fecha se mantiene activa y dentro del mismo rubro, incluso mantiene unas instalaciones con muy pocas alteraciones respecto a su constitución original.
La fábrica se ubica en el Bulevar Esteban de Antuñano y está en los límites de las juntas auxiliares de La Libertad e Ignacio Romero Vargas.
El Molino de Enmedio
Esta fábrica se inauguró en 1842 a unos metros de El Mayorazgo, favoreciéndose de los causes tanto del río Atoyac cómo del San Francisco.
La fábrica se vio beneficiada del desarrollo civil de El Mayorazgo por lo que sobrevivió por muchos años pasando por varios dueños.
Fue en 1988 cuando una huelga de trabajadores los hizo cerrar sus puertas por tres años, ya que en 1991 abriría nuevamente pero ya no más como una fábrica sino como un club deportivo.
En el año 2000 cerró nuevamente sus puertas y tras una remodelación de adaptó para prestar su servicio como un salón social que llama la atención por su arquitectura, visible desde la calle 11 Sur.
La Covadonga
En 1897 se inauguró la fábrica de La Covadonga, ubicada a un costado de lo que ahora es la antigua carretera Puebla-Tlaxcala.
La fábrica estuvo justo a un costado del río Atoyac y al igual que el resto de las textileras en Puebla pasó por muchos dueños y problemas de huelgas, por lo que estuvo cerrada varios años.
En la actualidad la fábrica continúa operando bajo el rubro textil, al igual que como ocurre con El Patriotismo, además se le responsabiliza del crecimiento de la colonia que lleva el nombre de la fábrica.
Muchas de las viviendas existentes aún cerca de la fábrica fueron edificadas por los dueños para sus obreros, aunque actualmente ya están en manos de hijos o nietos.