El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, respondió este jueves a las condolencias del papa Francisco, por el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un laico, ocurrido el lunes pasado en el norte del país latinoamericano, para destacar su coincidencia en que la violencia no resuelve los problemas del crimen organizado.
"Primero reiterar nuestro pésame a los jesuitas, y dar respuesta al mensaje del papa Francisco, que aun en situación difícil, dolorosa, él escribe un mensaje lamentando la situación de violencia en México; pero al mismo tiempo, subrayando que no es la violencia el camino para conseguir la paz, que la violencia genera más violencia", dijo el jefe de Estado mexicano a periodistas.
López Obrador respondió a las condolencias emitidas por el Vaticano para señalar que "hay quienes piensan que la violencia hay que enfrentarla con violencia, el mal con el mal (…), nunca atendieron las causas (los gobiernos anteriores), nunca atendieron a los jóvenes, a los más pobres".
Francisco se había expresado en la misma línea en Twitter, al afirmar que "la violencia no resuelve los problemas, sino que solo aumenta los sufrimientos innecesarios".
El máximo jerarca de la Iglesia católica expresó su "dolor y consternación" por el asesinato de los religiosos de la Compañía de Jesús -la congregación a la que pertenece el papa-, perpetrado en la remota iglesia de Cerocahui, municipio de Urique, en la Sierra Tarahumara, del norteño estado de Chihuahua.
SIN CAMBIO EN LA ESTRATEGIA
El jefe de Estado descartó cambiar la estrategia de seguridad de su administración, que él denomina como "abrazos, no balazos".
La violencia que refleja el triple homicidio "es el fruto podrido de una política de corrupción, de impunidad que se implementó de los tiempos de Felipe Calderón (presidente de 2006 a 2012), no se puede arrancar de raíz de la noche a la mañana, de un día a otro, un problema que se propició, que se alentó", prosiguió López Obrador.
El presidente mexicano pidió a los jesuitas y pobladores ayudar en las pesquisas, porque conocen a las comunidades indígenas, como misioneros dedicados a ayudar a los desposeídos.
"Solo siendo buenos podemos ser felices, por eso les extraña, les sorprende (a los críticos), y lo ven como una desproporción, como un dislate, que (la estrategia) sea abrazos, no balazos", subrayó.
El jefe del Ejecutivo federal agregó que esos cuestionamientos de la oposición coinciden con el Gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, "pero no con el papa".
"No vamos a cambiar la estrategia, aunque sigan con su campaña de desprestigio", puntualizó.