Peter Scott-Morgan, el primer cíborg del mundo, muere a los 64 años

Peter Scott-Morgan, el primer cíborg del mundo, muere a los 64 años

Foto: Twitter / @DrScottMorgan

El científico británico Peter Scott-Morgan, conocido por ser el primer cíborg del mundo, falleció este miércoles a los 64 años. Hace algunos años, Scott-Morgan sufrió una enfermedad neurodegenerativa rara y mortal que lo llevó a someterse a una serie de complejas arriesgadas intervenciones quirúrgicas para reemplazar sus capacidades físicas por equivalentes artificiales.

 

"Peter ha fallecido en paz rodeado de su familia y de sus seres más queridos. Estaba increíblemente orgulloso de todos los que le apoyaron y de su visión de cambiar la forma en que la gente ve la discapacidad", dice un mensaje compartido por la familia en Twitter.

 

La salud del científico comenzó a deteriorarse a principios de este año debido a la enfermedad de las neuronas motoras (MND, por sus siglas en inglés) que le habían diagnosticado en 2017. "Mis ojos han dejado de cerrarse, lo que hace que estén muy secos y que mi seguimiento ocular haya dejado de funcionar", reveló Scott-Morgan en abril.

 

 

Para tratar de prolongar su vida, el británico decidió sustituir varias de sus capacidades físicas por artefactos artificiales, incluso, antes de perder la movilidad en los músculos de su rostro, diseñó un avatar realista para expresar sus emociones. Esta representación gráfica le permitía mantener conversaciones usando un lenguaje corporal basado en inteligencia artificial.

 

Por otro lado, gracias a la tecnología de seguimiento ocular, Scott-Morgan era capaz de controlar varias computadoras solo con los ojos. El científico hablaba a través de un sintetizador de voz, pues perdió el habla luego de someterse a una laringectomía para evitar que su saliva entrara a los pulmones debido a su enfermedad.

 

 

Para conservar cierta independencia, el investigador británico usaba un tubo en el estómago para alimentarse, un catéter en la vejiga y una bolsa de colostomía en el colon para retirar los desechos, además, tenía una silla de ruedas de última generación que le permitía mantenerse erguido e incluso caminar.

 

Motivado por su condición, Scott-Morgan creó junto a su esposa una fundación dedicada a promocionar el uso de la inteligencia artificial, la robótica y otros sistemas de alta tecnología para transformar la vida de las personas "restringidas por edad, mala salud, discapacidad u otra condición física o mental".

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