Especialistas del Museo de Arqueología de Londres (MOLA, por sus siglas en inglés) anunciaron el hallazgo de unos 8,000 huesos de ranas y sapos, entre otros animales, enterrados cerca de una casa que data de la Edad de Hierro. El descubrimiento fue posible debido a los trabajos de excavación arqueológica que acompañan la construcción de una carretera cerca de Cambridge, en Inglaterra.
Los especialistas señalaron que el hallazgo es sorprendente debido al lugar tan reducido en donde estaban los restos y también porque muchos de los huesos corresponden a ranas y sapos comunes, aunque también había de le denominada “rana de la piscina”.
"En mi experiencia, trabajando principalmente en sitios de Londres, no tenemos tantas ranas. Tener tantos huesos saliendo de una zanja es extraordinario", afirmó la arqueozoóloga del MOLA Vicky Ewens. Las excavaciones fueron hechas entre 2016 y 2018 en un sitio que fue habitado desde la Edad de Hierro hasta el período romano temprano (400 a. C. - 70 d. C.).
We interrupt your doom scrolling with a prehistoric frog mystery!
— MOLA (@MOLArchaeology) June 13, 2022
We found more than 8,000 amphibian bones by an Iron Age roundhouse excavated at Bar Hill, Cambridgeshire, for @NationalHways #A14Archaeology scheme.
How did they end up there and why so many? pic.twitter.com/ObHnUzjhHD
Ewens indicó que todavía no se sabe con exactitud las causas que provocaron la "acumulación de restos de ranas", aunque señaló que podrían haber participado "diferentes factores, posiblemente interactuando por un largo período". Una de las hipótesis que plantearon los expertos tiene que ver con la evidencia de grano carbonizado encontrado cerca del lugar y apunta a que los habitantes de la zona procesaban cultivos que atraían plagas como escarabajos y pulgones, que constituyen un alimento para las ranas.
Otra de las posibles explicaciones está relacionada con la característica de las ranas de moverse en grandes grupos durante la primavera para buscar un lugar con agua en donde poder reproducirse, por lo que podrían haber caído en la zanja y quedado atrapadas allí.
Respecto a la muerte de estos animales, los investigadores aclararon que pudo ser causada por una enfermedad o por las bajas temperaturas del invierno. Finalmente, se explicó que no existen indicios de que los anfibios hayan servido como alimento para los habitantes de la zona, pues los huesos no tenían cortes ni marcas de quemaduras, aunque no descartaron que pudieran haber sido hervidos, pues este método no deja rastros.