El calentamiento global ha provocado que la Circulación de Vuelco Meridional del Atlántico, que es uno de los principales sistemas de corrientes marinas superficiales y profundas, esté sufriendo un proceso de desaceleración, debido a esto, un grupo de científicos ha logrado determinar cuáles serían las consecuencias que sufriría el clima en el planeta en caso de que la situación no se revierta.
De acuerdo con una investigación hecha por científicos de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia, durante los últimos 5,000 años, este sistema de corrientes marinas se ha mantenido estable, pero en las décadas recientes su flujo se ha ralentizado debido al derretimiento de los hielos polares, provocado en gran medida por las actividades humanas.
Los investigadores trataron de medir las consecuencias de este proceso a través de un modelo global en el que simularon cómo sería el mundo sin la Circulación de Vuelco del Atlántico, descubriendo que su ralentización o colapso total provocaría cambios sin precedentes en el clima de la Tierra porque se acumularía una "enorme cantidad de calor al sur del ecuador".
9 puntos de inflexión causados por la crisis climática que desatarían un cambio peligroso en el sistema terrestre:
— Antropoceno (@Antropocenista) January 18, 2021
Azul: derretimiento de hielo
Verde: alteración de biomas
Café: alteración de circulación de corrientes marinas pic.twitter.com/MioFtAOnsD
Esta acumulación de calor en el Atlántico tropical llevaría más aire húmedo y cálido a la troposfera superior, a unos 10 kilómetros de la atmósfera, provocando que una mayor cantidad de aire seco descienda sobre el Pacífico oriental, lo que crearía condiciones climatológicas similares a las causadas por el fenómeno de “La Niña”, impactando drásticamente sobre los ciclos de lluvias y sequía.
"Un colapso de estas corrientes alteraría significativamente la anatomía de los océanos", señala el estudio. En este sentido, los científicos afirmaron que las profundidades del océano se volverían más frescas, además de que estarían privadas de oxígeno, lo que detendría la afluencia de nutrientes hacia las aguas superficiales.
"Ahora sabemos que esta ralentización no solo afectará a la región del Atlántico Norte, sino a lugares tan lejanos como Australia y la Antártida. Podemos evitar que se produzcan estos cambios cultivando una nueva economía con bajas emisiones de carbono. Hacerlo cambiará, por segunda vez en menos de un siglo, el curso de la historia climática de la Tierra, esta vez para mejor", concluye la investigación.