Alguna vez les conté que en su infinita sabiduría mi papá me decía que tenía manos de estómago, pues todo lo que tocaba lo hacía… (ya se imaginarán), pues esto aplica en esta ocasión para el señor Ignacio Mier Velasco, quien nomás no da una.
Ya sé que muchos han de decir que me traigo de encargo al ponderado socio del hoy convicto Arturo R, pero la verdad es que por mucho que uno intente ya no hablar de él, pues no se deja.
Y es que como muchos saben y si no aquí se enteran, la dirigencia nacional de MORENA tuvo la “brillante” idea de mandar a Mier Velasco como delegado del CEN morenista a Durango, de cara a las elecciones que se celebraron el pasado domingo.
Apenas llegó “Nachito” a tierras duranguenses se armó el relajo, pues comenzaron los pleitos internos donde se hablaba de imposición de candidaturas, algo que casi no se le da a Mier Velasco.
Como se esperaba, MORENA perdió en Durango y con esto se desató la alegría de la sociedad y el coraje de las huestes morenistas, que para sacar todo el enojo contra Mier Velasco y Mario Delgado mandaron a traer unas piñatas con el rostro de estos personajes.
Y se vino la golpiza contra las piñatas, que terminaron quemadas. Por cierto, “Nachito” ya había emprendido la huida, cosa que casi no se le da, para no enfrentar a los enojados morenistas de Durango.
Lo que sí debemos reconocerle a Mier Velasco es que tiene un gran récord, pues podría escribir un libro sobre cómo perder una candidatura, una reforma, una elección y el poco prestigio que le quedaba en menos de dos meses.
Increíble es que dentro de todos los triunfos que tuvo la “Cuarta Transformación” en las pasadas elecciones, solo Ignacio Mier Velasco luzca como el gran fracasado.
Vaya, dicen las malas pero bien informadas lenguas, que ni sus retoños Nacho Jr. y Daniela quieren dejarse ver junto a él, no vaya a ser la de malas que terminan igual a su padre, aunque su vástago alcalde de Tecamachalco va que vuela a seguir sus pasos.