Desde 1951, en México se celebra el 7 de junio el Día de la Libertad de Expresión. Esto fue posible gracias al trabajo de diversos reporteros, editores y directores de periódicos, así como del entonces presidente de la república Miguel Alemán Valdés. Si bien, no hay una razón en particular de la elección de la fecha, este fue uno de los primeros esfuerzos por hacer respetar este derecho.
A nivel mundial, el Día de la Libertad de Expresión se instauró muchos años después en 1993, debido a que en la mayoría de los países se vivían muchos conflictos con gobiernos autoritarios y el crimen organizado, lo que impedía la relación de la sociedad con la prensa.
La libertad de expresión no recae exclusivamente en el periodismo, pues actualmente la mayoría de las personas puede dar su opinión e informar a otros gracias al crecimiento de los medios de comunicación masiva y las redes sociales.
Lo anterior ha traído consigo beneficios y ha sido perjudicial en partes iguales. Por un lado, la descentralización de la información permite a los usuarios conocer perspectivas diferentes sobre los hechos, no solo las versiones oficiales transmitidas en medios ya establecidos.
Plataformas como Reddit, 4Chan y Tumblr generan espacios de discusión entre los mismos lectores con el fin de exponer puntos de vista más personales y en ocasiones, más complejos.
No obstante, es esta misma falta de control es lo que posibilita la aparición de fuentes engañosas, cuyo propósito es el de desinformar y polarizar a la población sobre temas que afectan su vida diaria, como la política, la salud o la educación. Como los estragos que ha causado la propagación de “fake news” sobre la pandemia.
A pesar de que México fue uno de los primeros países en instaurar el Día de la Libertad de Expresión, a su vez es uno de los países más mortíferos para ejercer esta actividad, pues desde inicios de la década de los 2000 se han reportado más de 150 periodistas asesinados, principalmente en la región norte.
En México, para los medios noticiosos resulta difícil lograr dar a conocer información veraz o hacer críticas libremente a los gobiernos sin que esto genere polémicas o represalias contra los periodistas, entre las que se encuentran sanciones económicas, amenazas, torturas, o en el peor de los casos, la muerte.
Por lo anterior, es importante recordar este día y tener en mente que al defender el derecho a la libre expresión estamos defendiendo nuestra autonomía de pensar y de vivir bajo nuestros criterios.