Cada 2 de junio se conmemora el Día Internacional de la Trabajadora Sexual en todo el mundo y, al igual que el Día de la Mujer, es una oportunidad para visibilizar las carencias y riesgos que tiene el que es considerado el “oficio más antiguo del mundo”.
En el caso de Puebla, las sexoservidoras no tienen una realidad muy diferente a la de otras sexoservidoras en el país, pues no solamente enfrentan discriminación, sino violencia física y acoso policial.
Imagen Poblana entrevistó a una trabajadora sexual que formó parte de la extinta Unificación de Sexoservidoras de Puebla, la cual se acabó el año pasado cuando su líder María de Lourdes Hernández Castillo fue detenida y acusada de trata de personas.
.jpg)
“Gabi”, como le llamaremos para proteger su identidad, dijo en breve entrevista telefónica que el caso de “Lulú” es una muestra de la violencia que enfrentan, ya que la Unificación de Sexoservidoras era una oportunidad de negociar con las autoridades mejores condiciones de trabajo.
“Lulú era una de nosotras, su único delito fue dejar el anonimato y dar la cara por todas las que estamos en la calle fletándonos por nuestra familia, porque no lo hacemos por gusto, nosotras también somos humanas pero nos tratan como cosas y nos ven con asco”, afirmó.
Expresó que ella no ha sido objeto de agresiones físicas, pero sí ha sabido de muchos casos de sexoservidoras que son violentadas por clientes que están ebrios o que simplemente abusan porque se sienten superiores a ellas.
El delito del que más sufren, reconoció, es el acoso policial y la extorsión, pues los mismos policías les exigen dinero para no subirlas a las patrullas, argumentando supuestas “faltas a la moral”, por lo que destacó que las sexoservidoras están “a su suerte” en la calle.
“¿Te imaginas? Alguien te está molestando, ves una patrulla y prefieres mejor aguantarte al sujeto pesado, porque sabes que si te acercas a los policías te va peor, porque te bajan todo el dinero que traes o si no te suben a la patrulla como si tú hubieras sido la culpable”, dijo con molestia.
Para “Gabi”, el problema de la discriminación a las sexoservidoras está muy lejos de acabarse, ya que hay una cultura machista que de por sí hace menos a las mujeres, y cuando se trata de sexoservidoras el desprecio es mayor.
“Gabi” afirma que sí hay trata en el Centro Histórico de Puebla, que es donde ella trabaja, pero la mayoría de las personas que se ven en la vía pública se trata de personas que se prostituyen por necesidad, porque son madres solteras o porque no han encontrado una mejor oportunidad de trabajo.
La trabajadora sexual entrevistada no sabía que el 2 de junio era el Día Internacional de la Trabajadora Sexual, pero consideró que si tienen una fecha para “celebrarlas”, las autoridades deberían de aprovechar para acercarse y escuchar sus necesidades y no solamente buscar formas de esconderlas.
