Luego de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, advirtiera que su administración evalúa anular el horario de verano, la Secretaría de Salud presentó un informe por su impacto en el bienestar humano.
En un documento divulgado por la presidencia y titulado "Repercusiones en la salud por el cambio de horario", la dependencia federal indicó que los relojes biológicos con que cuentan los humanos regulan las funciones de proteínas y órganos, por lo que el cambio de hora modifica el tiempo de exposición al sol y altera este tiempo interno.
"Así, varias Sociedades Internacionales del Sueño aconsejan un horario sin cambios y recomiendan mantener el horario de invierno de forma permanente, en especial para los niños y las personas de edad avanzada, pues el horario de invierno promueve un ritmo biológico más estable que el de verano", apuntó Salud.
"Mejorando el rendimiento intelectual y ayudando a disminuir enfermedades del corazón, obesidad, insomnio y depresión", abundó.
Entre abril y octubre el país entra en el llamado horario de verano, que consiste en adelantar una hora los relojes, con excepción de puntos clave como los municipios de la franja fronteriza con Estados Unidos, y los estados de Sonora y Quintana Roo, ubicados en los extremos occidental y oriental del territorio nacional, respectivamente.
La Secretaría de Salud federal advirtió que los adultos requieren entre tres y siete días para adaptarse al ajuste horario, mientras que los menores requieren incluso un periodo mayor de aclimatamiento.
"La desincronización con el ambiente altera nuestro orden temporal interno, causando problemas físicos y mentales, y dichos problemas se presentan más a menudo en los días posteriores al cambio de horario", sostuvo la dependencia.
La Secretaría de Salud refirió que algunos estudios vinculan la alteración del reloj biológico con trastornos psicoemocionales y sociales, como somnolencia, irritabilidad, falta de atención, complicaciones en la concentración y la memoria, además de cambios físicos como aumento de secreción del jugo gástrico, así como disminución en el día y aumento del apetito en la noche.
"En la esfera psicoemocional, la depresión e ideas suicidas se aumentan en algunas épocas del año y en algunos horarios y latitudes más que en otros. Y en el ámbito social se describe mayor riesgo en los individuos que requieren de su concentración máxima para realizar sus funciones, como pilotos, maestros, empleados y trabajadores", abundó la Secretaría de Salud.
Estudiantes, además, han registrado fatiga, disminución del rendimiento académico y laboral, menor productividad y uso mayor de estimulantes, indicó.
La implementación del horario de verano, argumentó la dependencia, obedece a criterios políticos y, por lo tanto, puede modificarse.