Un equipo internacional de investigadores del Instituto Max Planck de Alemania descubrió que los tiburones blancos tuvieron un papel importante en la extinción del megalodón (Otodus megalodon), una especie de escualo gigante que vivió hace más de 23 millones de años.
De acuerdo con la investigación, ambas especies competían por el alimento, pues cazaban a las mismas presas. Este pudo haber sido un factor determinante en la desaparición del tiburón prehistórico, que llegaba a medir hasta 20 metros de largo.
El descubrimiento fue posible gracias a que los científicos analizaron los isótopos de zinc encontrados en la enameloma dental (el recubrimiento de los dientes) de ejemplares de tiburón del Mioceno temprano (hace entre 20 y 16 millones de años) y del Plioceno temprano (hace entre 5 y 3 millones de años) y los compararan con los de los tiburones modernos para dar averiguar el nivel trófico que ocupan, descubriendo que ocupaban el mismo lugar en la cadena alimenticia.
Nuevo estudio: el gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias) pudo haber jugado un papel importante en el declive del megalodón (Otodus megalodon) al ocupar el mismo nicho ecológico: compartían los mismos hábitats y cazaban las mismas presas. https://t.co/zp8Z3XPG5h pic.twitter.com/aQhta6DhT0
— Enrique Coperías (@CienciaDelCope) May 31, 2022
Los investigadores explicaron que el estudio de la dieta del megalodón puede ser de gran ayuda para obtener "pistas sobre su estilo de vida, comportamiento, evolución y, en última instancia, sobre su extinción".
Posteriormente, se analizaron las proporciones de isótopos de zinc en los dientes de megalodón del Plioceno temprano, del Mioceno temprano, así como en los tiburones blancos contemporáneos y modernos, esto permitió conocer el impacto que estas especies tuvieron en los ecosistemas prehistóricos y entre sí.
Al respecto, Kenshu Shimada, coautor de la investigación, dijo: "nuestro nuevo estudio muestra que el rango dietético del gran tiburón blanco del Plioceno temprano es muy similar al del megalodón, lo que indica que nuestros datos no contradicen la hipótesis de la competencia”.
Finalmente, Shimada explicó que todavía es necesario continuar con las investigaciones para determinar con certeza el impacto que la competencia alimentaria entre ambas especies tuvo en la extinción del megalodón.
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