El icónico Callejón del Beso cerró por algunos días el paso a los visitantes debido a una riña entre la dueña del “Balcón de Ana” y los fotógrafos de la zona, pues se dice que estos hostigaban a los turistas obligándolos a comprar sus fotos. Y aunque el problema quedó temporalmente resuelto con un acuerdo entre las partes en conflicto, este no es el único lugar donde los viajeros han sufrido presión, pues el acoso turístico es algo muy recurrente en el país.
Con la reactivación del turismo regresaron los vendedores ambulantes y diversos prestadores de servicios, quienes para recuperar sus ganancias perdidas durante la pandemia, se han visto en la necesidad de colocar a cualquier costo sus productos para poder sobrevivir. Pero esto ha implicado que caigan en prácticas poco éticas, engañando a los visitantes o presionándolos demasiado para comprar algo.
Los turistas suelen ser más molestados en lugares de sol y playa, como la Rivera Maya y Cancún, en donde apenas llegas al aeropuerto ya hay taxistas obligándote a tomar un viaje con ellos a precios elevados, y además mintiéndote sobre tu hotel, diciéndote que no tiene buenas opiniones para hacerte reservar en agencias de viaje con las cuales tienen acuerdos.
Del mismo modo, en las playas de Tulum y Quintana Roo, los precios suelen presentarse en dólares, aunque la mayoría de los turistas mexicanos piensan que el costo es en moneda local (peso mexicano). Al momento en que aceptas la compra resulta que el pago es mucho más caro de lo que imaginabas. Para evitar esta estafa, se recomienda siempre preguntar de qué moneda se trata.
En Mérida, Yucatán, en la playa de Puerto Progreso, los vendedores ambulantes asedian a las personas que visitan el lugar, debido a que el mal clima ha afectado el flujo de personas y buscan recuperar sus pérdidas económicas. Pero los vendedores han hecho sentir incómodos a los turistas que incluso ya denunciaron su descontento. Una visitante de esta playa refirió a “La Verdad” que cuando estás a punto de relajarte, los vendedores siempre llegan a interrumpirte.
Cerca de Acapulco, en Zihuatanejo, el director de Turismo del municipio, Francisco Rivera Camacho, incluso tuvo que girar un oficio ante los chantajes que tienen lugar en la entrada a Ixtapa, pues a los turistas que ingresan a la zona les piden 200 pesos a cambio de una supuesta presentación del lugar y hasta un desayuno.
Para evitar las molestias en los sitios turísticos, se recomienda pagar un guía autorizado que lleve a lugares libres de vendedores; no aceptar la ayuda de personas extrañas, pues estas se acercan amigablemente en un inicio, pero después exigirán una compensación, y tampoco dejarse fotografiar sin autorización.