En política la forma es fondo, dicen los que saben de este escabroso tema. Esta máxima esgrimida por el priista Jesús Reyes Heroles aplica a la perfección en lo que sucede al interior de MORENA, de cara a la lucha por la gubernatura de Puebla en 2024.
Cual partido de futbol, el equipo que se va desinflando requiere de un cambio que permita recuperar un poco de lo perdido. Por lo que viene una sustitución que se pudo ver esta semana, donde desde la banca saltará un senador y un diputado saldrá entre abucheos.
Cambio en la 4T: Sale Ignacio Mier Velasco y entra Alejandro Armenta Mier.
Mario Delgado, presidente de MORENA lo dejó ver en el Senado, cuando hizo a un lado a Nacho Mier y le dio la batuta a Alejandro Armenta para hablar de temas políticos, apagando la última vela encendida que tenía “Nachito” para ser candidato a la gubernatura de Puebla.
Ojo, amable lector, por bizarro que parezca, Ignacio Mier sí era el favorito del presidente Andrés Manuel López Obrador para la candidatura al gobierno de Puebla.
Es decir, la 4T se perfilaba para una derrota por goleada en Puebla.
Y aunque con Alejandro Armenta como nuevo “gallo” de los liderazgos morenistas no se garantiza el triunfo, al menos la derrota, como pintan las cosas, no sería humillante.
Nadie en su sano juicio en MORENA puede en estos momentos avalar un proyecto encabezado por Mier Velasco que, tras la captura de su socio y “amigo” Arturo R, ha venido a pique con mayor velocidad de la que se esperaba.
De qué tamaño es la desesperación de Nacho Mier que ya hasta su socio resulta un lastre, pues apenas unos segundos de que fue publicada una carta de Arturo R enviada desde prisión en el medio de comunicación del cual es accionista, esta misiva fue borrada. Dicen las malas lenguas que desde una curul se ordenó bajar esta carta.
Y es así como se va desplomando un proyecto político que de por sí nació muerto.
El Síndrome de Estocolmo
Publicaciones médicas definen el Síndrome de Estocolmo como un trastorno psicológico temporal que aparece en la persona que ha sido secuestrada y que consiste en mostrarse comprensivo y benevolente con la conducta de los secuestradores e identificarse progresivamente con sus ideas.
Pues algunos compañeros del medio que dirigía Arturo R tienen este síndrome. Increíblemente y pese a que han vivido una gran cantidad de abusos laborales, consideran a su otrora jefe como víctima de una persecución.
Amigos, tengo una psicóloga muy buena que les puedo recomendar, a ver si con un poco de terapia comienzan a quererse, aunque sea un poquito.