Científicos mexicanos, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desarrollaron una tecnología única en el mundo para limpiar manchas de petróleo en el mar, así como sustancias radiactivas, parásitos, fertilizantes, fármacos, pesticidas y desechos fecales.
La innovadora técnica surgió a partir del desarrollo de nanotubos de un mineral de arcilla, llamado haloisita, y de un mineral que genera magnetismo, de nombre magnetita, mismos que logran recoger contaminantes del agua como el petróleo.
"Podemos aplicar un campo magnético para jalar la mancha como si hubiéramos colocado de alguna forma una red de pescar y así podemos ir recuperando el combustible", explicó a Xinhua la líder del proyecto, Marina Vargas Rodríguez.
La magnetita es un material supermagnético, lo que significa que una vez que se le quita el imán deja de ser magnético y, gracias a esa característica, puede recuperarse el combustible.
"Si el derrame ocurre cerca de la playa, tendremos la opción de jalar el contaminante a mar abierto para que no afecte nuestras playas y, al mismo tiempo, pueda recuperarse y reutilizarse", ejemplificó la especialista en Ciencias Químicas.
En un inicio, se evaluó la magnetita con nanotubos de carbono, pero su síntesis resultó cara y compleja, con la haloisita se redujeron los costos, pues es totalmente natural. La técnica fue evaluada con los diferentes tipos de petróleo que hay en el país.
"Los materiales tienen la capacidad de absorber el petróleo y quedan justamente en la superficie o donde uno los deposite", dijo Vargas.
El resultado fue que, con los hidrocarburos más viscosos (los más difíciles de recuperar), funcionó mejor pues permite recoger la mancha de petróleo, aunque se extienda mucho, la va recogiendo.
Cuando el petróleo se recupera, este puede reutilizarse, ya que se usa poco material magnético y, aunque queden algunos residuos, es posible procesarlo o destilarlo.
El proyecto tardó varios años en desarrollarse y analizarse; sin embargo, ha traído consigo grandes beneficios al medio ambiente pues se evita la quema "in situ" del combustible y la liberación de carcinógenos, mismos que van directamente al aire.
"Los peces también resultan afectados pues todo ese petróleo se incorpora a la cadena alimentaria, los carcinógenos se quedan ahí y, cuando los pescamos, nos alimentamos de esas sustancias dañinas que siguen ahí", refirió la académica.
Asimismo, aseguró que la aplicación de estos materiales inocuos no afecta a la fauna y representan una solución para los grandes derrames de petróleo, así como para la contaminación de ríos, lagos y lagunas.
En cuanto al costo de la tecnología, este es mucho menor comparado con otros materiales que se emplean para el mismo fin como, por ejemplo, los tubos de carbono.
"El costo de la tecnología es muy bajo y creo que valdría la pena aplicarlo en cualquier país con este problema. Este tipo de avances no tiene nacionalidad, es una tecnología que puede utilizarse a nivel mundial y estamos abiertos hacia cualquier país o región que la necesite", agregó la investigadora.
En este proyecto también participan los académicos de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, Adolfo Obaya Valdivia y Guadalupe Iveth Vargas Rodríguez, así como José Alvaro Chávez Carvayar, del Instituto de investigaciones Materiales de la máxima casa de estudios de México. (Xinhua)