Amable lector, así como en la aldea poblana hay muertos políticos, también hay fantasmas. El problema real radica cuando un ente inexistente dirige los destinos de un municipio.
Esto precisamente ocurre en Coronango, en la zona metropolitana de Puebla, municipio gobernado por un señor llamado Gerardo Sánchez Aguilar, que desde el 15 de octubre de 2021 se ostenta como alcalde de esta localidad.
Pocos o nadie ha logrado ver a Sánchez Aguilar haciendo el trabajo para el que fue electo y que tanto quiso defender cuando le llovieron impugnaciones.
¿Será que anda de home-office?
¿Será que le da miedo la tierra sin ley en la que se ha convertido Coronango?
¿O será que no tiene maldita idea de qué debe hacer como alcalde?
Dicen los que saben que el fantasma, perdón, Gerardo Sánchez, ni siquiera se para por el Ayuntamiento de Coronango. Es más, ha dejado a su hermano a cargo de los destinos de este municipio.
Y el hermano se siente dios en el poder, pues puede hacer y deshacer a su antojo, aunque nadie en el ayuntamiento de esta localidad lo tolere.
La manifestación ocurrida el viernes en la entrada de Misiones de San Francisco, derivada de la desaparición de tres jóvenes, demuestra la ingobernabilidad que se vive en este municipio, que parece se ha resignado a tener terribles alcaldes.
Los índices de inseguridad están subiendo de manera muy peligrosa en Coronango, pero esto no parece ser tema para el fantasmagórico alcalde, que sigue desaparecido, como sigue desaparecida la policía en este municipio.
Entonces, amable lector, es momento de activar la Alerta Amber o al menos hablarle a algún “espiritista” tipo Carlos Trejo, a ver si él logra encontrar al fantasma Gerardo Sánchez.
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